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jueves, agosto 30, 2012

Julio Cortázar: Hay que ser realmente un idiota


 
Hay que ser realmente idiota para
Julio Cortázar

El pasado 26 de agosto, Julio cumpliría 98 años de edad. Dicen que los homenajes se guardan para fechas con números cerrados, excepto para rememorar a los grandes que, como Cortázar, nos deleita con esta suerte de ensayo-reflexión, en donde se permite desafiar toda regla impuesta por la Real Academia de la Lengua Española (a veces tan anacrónica y caduca).
Vaya de paso, una exhortación para traer al autor de Rayuela nuevamente a nosotros ¿Cómo? Leyendo o re-pasando las páginas de ese libro genial. Vaya un abrazo para, no sólo un gran escritor, sino para el ser humano solidario y fraternal que fue Julio, para con todas las causas justas que se dieron y siguen dando en nuestra América Latina. (I.G.)

Hace años que me doy cuenta y no me importa, pero nunca se me ocurrió escribirlo porque la idiotez me parece un tema muy desagradable, especialmente si es el idiota quien lo expone. Puede que la palabra idiota sea demasiado rotunda, pero prefiero ponerla de entrada y calentita sobre el plato aunque los amigos la crean exagerada, en vez de emplear cualquier otra como tonto, lelo o retardado y que después los mismos amigos opinen que uno se ha quedado corto. En realidad no pasa nada grave pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte, y aunque tiene sus cosas buenas es evidente que de a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar a la vereda de enfrente donde amigos y parientes están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse un poco contra ellos para sentir que no hay diferencia apreciable y que todo va benissimo. Lo triste es que todo va malissimo cuando uno es idiota, por ejemplo en el teatro, yo voy al teatro con mi mujer y algún amigo, hay un espectáculo de mimos checos o de bailarines tailandeses y es seguro que apenas empiece la función voy a encontrar que todo es una maravilla. Me divierto o me conmuevo enormemente, los diálogos o los gestos o las danzas me llegan como visiones sobrenaturales, aplaudo hasta romperme las manos y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del pis, y en todo caso me alegro de vivir y de haber tenido la suerte de ir esa noche al teatro o al cine o a una exposición de cuadros, a cualquier sitio donde gentes extraordinarias están haciendo o mostrando cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando un lugar de revelación y de encuentro, algo que lava de los momentos en que no ocurre nada más que lo que ocurre todo el tiempo.
Y así estoy deslumbrado y tan contento que cuando llega el intervalo me levanto entusiasmado y sigo aplaudiendo a los actores, y le digo a mi mujer que los mimos checos son una maravilla y que la escena en que el pescador echa el anzuelo y se ve avanzar un pez fosforescente a media altura es absolutamente inaudita. Mi mujer también se ha divertido y ha aplaudido, pero de pronto me doy cuenta (ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo) que su diversión y sus aplausos no han sido como los míos, y además casi siempre hay con nosotros algún amigo que también se ha divertido y ha aplaudido pero nunca como yo, y también me doy cuenta de que está diciendo con suma sensatez e inteligencia que el espectáculo es bonito y que los actores no son malos, pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas, sin contar que los colores de los trajes son mediocres y la puesta en escena bastante adocenada y cosas y cosas. Cuando mi mujer o mi amigo dicen eso --lo dicen amablemente, sin ninguna agresividad-- yo comprendo que soy idiota, pero lo malo es que uno se ha olvidado cada vez que lo maravilla algo que pasa, de modo que la caída repentina en la idiotez le llega como al corcho que se ha pasado años en el sótano acompañando al vino de la botella y de golpe plop y un tirón y no es mas que corcho. Me gustaría defender a los mimos checos o a los bailarines tailandeses, porque me han parecido admirables y he sido tan feliz con ellos que las palabras inteligentes y sensatas de mis amigos o de mi mujer me duelen como por debajo de las uñas, y eso que comprendo perfectamente cuánta razón tienen y cómo el espectáculo no ha de ser tan bueno como a mí me parecía (pero en realidad a mí no me parecía que fuese bueno ni malo ni nada, sencillamente estaba transportado por lo que ocurría como idiota que soy, y me bastaba para salirme y andar por ahí donde me gusta andar cada vez que puedo, y puedo tan poco). Y jamás se me ocurriría discutir con mi mujer o con mis amigos porque sé que tienen razón y que en realidad han hecho muy bien en no dejarse ganar por el entusiasmo, puesto que los placeres de la inteligencia y la sensibilidad deben nacer de un juicio ponderado y sobre todo de una actitud comparativa, basarse como dijo Epicteto en lo que ya se conoce para juzgar lo que se acaba de conocer, pues eso y no otra cosa es la cultura y la sofrosine. De ninguna manera pretendo discutir con ellos y a lo sumo me limito a alejarme unos metros para no escuchar el resto de las comparaciones y los juicios, mientras trato de retener todavía las últimas imágenes del pez fosforescente que flotaba en mitad del escenario, aunque ahora mi recuerdo se ve inevitablemente modificado por las críticas inteligentísimas que acabo de escuchar y no me queda más remedio que admitir la mediocridad de lo que he visto y que sólo me ha entusiasmado porque acepto cualquier cosa que tenga colores y formas un poco diferentes. Recaigo en la conciencia de que soy idiota, de que cualquier cosa basta para alegrarme de la cuadriculada vida, y entonces el recuerdo de lo que he amado y gozado esa noche se enturbia y se vuelve cómplice, la obra de otros idiotas que han estado pescando o bailando mal, con trajes y coreografías mediocres, y casi es un consuelo pero un consuelo siniestro el que seamos tantos los idiotas que esa noche se han dado cita en esa sala para bailar y pescar y aplaudir. Lo peor es que a los dos días abro el diario y leo la crítica del espectáculo, y la crítica coincide casi siempre y hasta con las mismas palabras con lo que tan sensata e inteligentemente han visto y dicho mi mujer o mis amigos. Ahora estoy seguro de que no ser idiota es una de las cosas más importantes para la vida de un hombre, hasta que poco a poco me vaya olvidando, porque lo peor es que al final me olvido, por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde, o el olor de un vagón de tren cuando uno entra y se tiene un billete para un viaje de tantas horas y todo va a ir sucediendo prodigiosamente, el sándwich de jamón, los botones para encender o apagar la luz (una blanca y otra violeta), la ventilación regulable, todo eso me parece tan hermoso y casi tan imposible que tenerlo ahí a mi alcance me llena de una especie de sauce interior, de una verde lluvia de delicia que no debería terminar más. Pero muchos me han dicho que mi entusiasmo es una prueba de inmadurez (quieren decir que soy idiota, pero eligen las palabras) y que no es posible entusiasmarse así por una tela de araña que brilla al sol, puesto que si uno incurre en semejantes excesos por una tela de araña llena de rocío, ¿qué va a dejar para la noche en que den King Lear? A mí eso me sorprende un poco, porque en realidad el entusiasmo no es una cosa que se gaste cuando uno es realmente idiota, se gasta cuando uno es inteligente y tiene sentido de los valores y de la historicidad de las cosas, y por eso aunque yo corra de un lado a otro del Bois de Boulogne para ver mejor el pato, eso no me impedirá esa misma noche dar enormes saltos de entusiasmo si me gusta como canta Fischer Dieskau. Ahora que lo pienso la idiotez debe ser eso: poder entusiasmarse todo el tiempo por cualquier cosa que a uno le guste, sin que un dibujito en una pared tenga que verse menoscabado por el recuerdo de los frescos de Giotto en Padua. La idiotez debe ser una especie de presencia y recomienzo constante: ahora me gusta esta piedrita amarilla, ahora me gusta "L'année dernière à Marienbad", ahora me gustas tú, ratita, ahora me gusta esa increíble locomotora bufando en la Gare de Lyon, ahora me gusta ese cartel arrancado y sucio. Ahora me gusta, me gusta tanto, ahora soy yo, reincidentemente yo, el idiota perfecto en su idiotez que no sabe que es idiota y goza perdido en su goce, hasta que la primera frase inteligente lo devuelva a la conciencia de su idiotez y lo haga buscar presuroso un cigarrillo con manos torpes, mirando al suelo, comprendiendo y a veces aceptando porque también un idiota tiene que vivir, claro que hasta otro pato u otro cartel, y así siempre.

Ivonne Moreno Uscanga: Manuel Salinas - Fotógrafo


IMAGEN, TESTIMONIO, TIEMPO: TRANSCURSO
MANUEL SALINAS
(FOTÓGRAFO)
EXPOSICIÓN EN EL TEATRO REFORMA
Ivonne Moreno Uscanga 

Desde su ingreso a la historia, el trabajo de descripción por medio de la luz, en el siglo XIX  ( no obstante de existir antecedentes de impresiones con sombras y el aprovechamiento del sol, entre la cultura árabe y en Renacimiento con Da Vinci)  es decir, la fotografía ,cambió la mentalidad y la percepción humanas.
Algunos estudiosos la identifican con los Anales, otros con el prodigio y el artilugio y  otros con el arte, pues lo ligan  con  el terreno plástico, por la belleza de su composición ya sea impresa o en movimiento.
El cine, fue el factor unificador del trabajo del fotógrafo con la Estética, sin embargo en los archivos internacionales y afortunadamente en los  mexicanos existen un sinnúmero de registros donde la fijación de imágenes es un compendio artístico: Weston, Cartier Bresson, Modotti, Hermanos Cassasola, Manuel y Dolores Álvarez Bravo, Nacho López, Rodrigo Moya, Héctor García, Pedro Valtierra, Pedro Meyer,  Graciela Iturbide, Lourdes Almeyda,  por citar algunos.
Veracruz no es ajeno a estos menesteres, en el estado hemos gozado de la Fotografía como una línea connotada y prestigiada en los espacios visuales.
A la memoria vienen nombres como Carlos Jurado, Carlos Lamothe,   Miguel Fematt, Carlos Cano, Héctor Montes de Oca y en el puerto,  Javier Casco, Raúl Méndez, Arturo Talvera, Arissa Huerta, Salvador Flores, Anny Fernández, Lili Flores, Daniel Padilla y sin duda el formador de varios de ellos: MANUEL SALINAS.
 
Disfrutar del discurso fotográfico de Manuel Salinas, implica algunas constantes, pero todas en su mayoría se relacionan con Veracruz.
Es decir podríamos catalogar el trabajo de Manuel Salinas, como el mismo lo ha calificado: documentalista. Y así en una lectura cronológica develamos con sus fotografías,  al puerto de Veracruz, su gente, sus calles y  sus rincones como  el destino perenne del costeño regocijado en sus alegrías,  para menoscabar sus penas.
  Por otro lado, el registro de Manuel Salinas oscila entre los carnavales, los amaneceres y  atardeceres de habitantes trasnochados y  la presencia casi anímica de las casitas de maderas o accesorias, resistentes a los aires del Sotavento.
Pero no todo es así en el trabajo de del fotógrafo veracruzano, hay otro decurso,  el suceso de  la yuxtaposición de imágenes, entonces, fotógrafo y espectador, giramos  hacia el sentido plástico, donde la imaginación se confabula con los  ojo de ambos obturados por  la cámara de un artista.
Manuel Álvarez Bravo decía: No tengo memoria, estoy enfocado hacia el futuro no al pasado. En Salinas lo plástico va en esta dirección, la prospectiva, sin embargo, su  hechura de académico y documentalista lo ubica en los planos de coleccionista de recuerdos, de los momentos aferrados al subconsciente, donde el cuerpo y la mente, desean permanecer atados a los sueños y a los imposibles.
Su obra es como la de otros fotógrafos veracruzanos encadenados al ayer en la aprehensión de sus imágenes y trascedentes por los perfiles de luces echados  al vuelo en el horizonte.
 Tenemos en la mira  de apreciadores ambas sentencias, me parece dependerá del gusto o de la personalidad de es otro, como se distinga el trabajo fotográfico de Manuel, a veces atado también a las ecos narrativos del Veracruz de Juan Vicente Melo, con sus veranos de mariposas y  los paseos por tranvía o los de Luis Arturo Ramos con la ciudad de arena, donde el puerto sigue siendo un sitio entre muros, donde nadie quiere salir para no arriesgar a perderse en probables infortunios.
TRANSCURSO, la más reciente exposición de Manuel Salinas es este menú óptico amplio y variado para satisfacer a cualquier gourmet plástico, desde luego le sugerimos, degustar sus entremeses y platillos fuertes con un  buen vino  a la altura de corpus fotográfico.

Luz del Alba Belasko: Poesía para salvar una ciudad

 
POESÍA PARA SALVAR
UNA CIUDAD

VIERNES 31 AGOSTO 2012
7:00 PM
FORO CULTURAL "Na'Canan"
4ª avenida poniente norte #78 (entre 6ª y 7ª Nte.Pte)
Comitán, Chiapas, México



Como acontece en muchas otras partes del país, Ciudad Juárez, Chihuahua, en el norte de México, vive en medio de la violencia. El movimiento cultural Escritores por Ciudad Juárez fue creado tras la muerte de la...
poeta Susana Chávez, el 6 de enero de 2011. Desde marzo de ese mismo año, sus integrantes se organizaron para practicar la cultura de forma permanente: salen a las calles a recuperar los espacios públicos tomados por la delincuencia, utilizan las redes sociales, crean blogs, hacen lecturas en ferias de libro, cafés, autobuses públicos, bibliotecas y escuelas de todos los niveles.

La palabra y la escritura en acción son de los caminos más efectivos no sólo para combatir la violencia, sino también la indiferencia y la apatía. La cultura enriquece, sana el tejido social y lo nutre cívicamente. Que no se pierda la sensibilidad en la sociedad es uno de los propósitos que pretende este movimiento cultural.


El II Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez se efectuará del 30 de agosto al 2 de septiembre del presente año en Ciudad Juárez. En esta edición se llevará a cabo, el 1 de septiembre, una lectura simultánea y pública en 120 ciudades de veinticuatro países en cuatro continentes, precisamente bajo el lema Escritores por Ciudad Juárez.


Según cálculos de la agrupación cultural, las lecturas podrían ser escuchadas por más de un millón de personas y el evento podría hacer historia a nivel internacional, ya que, de acuerdo con sus organizadores, no existe registro de un recital simultáneo de estas proporciones.


“El español es ya la segunda lengua del mundo en cuanto a número de hablantes nativos, quinientos millones de personas lo hablan, es el segundo idioma de comunicación internacional y el tercer idioma más utilizado en internet. Es el idioma oficial de veintiún países. En 2030, el 7.5 % de la población mundial será hispanohablante. Para 2050, Estados Unidos será el primer país hispanohablante del mundo”, según indica el Instituto Cervantes de España. He ahí otro aspecto de la importancia que tiene este recital internacional, además, claro de la exposición global de una conciencia a favor de esta frontera.


En la siguiente selección de poetas de España, Honduras, Italia, Estados Unidos, República Dominicana, Perú, Portugal y México, los creadores aparecen de acuerdo con su año de nacimiento. Naturalmente, todos ellos se han solidarizado con el movimiento cultural Escritores por Ciudad Juárez.


Eduardo Estala Rojas

POESÍA
 
Strangers in the night
(Roberto Castillo (México, 1951)

Nadie sabía de sus infancias en las calles de la luz,
de sus amores y desamores en la secundaria,
de sus fiestas de cumpleaños y las primeras veces
que fumaron a escondidas en la esquina del barrio,
de cuáles eran realmente sus comidas favoritas
o dónde compraban sus ropas y sus cigarrillos;
nadie sabía de sus sueños y pesadillas de terror
ni de su gusto por divertirse bañándose en el mar,
del placer de jugar al fut o al básquet en la colonia,
de las bromas pesadas con los amigos más íntimos
y del agacharse al regaño verbal de sus madres
o su gran alegría cuando visitaban a la vieja agüela;
muy pocos imaginaban la música que escuchaban
o los libros que ya habían leído por puro gusto,
o de los insomnios eternos con la preocupación
por el padre en la cama 15 del hospital general;
nadie siquiera sospechaba que unas horas antes
habían sido secuestrados en esta ciudad iluminada y,
sin embargo, los impunes comandos del miedo
los arrojaron sin sombra en la orilla de la noche.

Los chicos rebeldes
(Uberto Stabile (España, 1959)

Los chicos rebeldes se han vuelto tiernos con la edad
se emocionan leyendo poemas,
circulan lento frente a los escaparates del pasado
han abandonado el gusto por las citas
y envejecen con cierta elegancia,
a sus novias ya no les dicen tía
les llaman corazón,
han aprendido a lavar la ropa, a planchar y a doblar
con cuidadoso acierto
cada uno de sus errores,
a los chicos rebeldes el amor ya no les quita el sueño
pero no podrían vivir ni un sólo día sin amar,
hacen trampas con el tiempo pero tienen los días contados.
Los chicos rebeldes saben que ya no volverán a caminar
sobre ninguno de sus propios pasos
por eso ahora cada caricia es siempre la primera
cada beso el último beso,
ya no persiguen ni se dejan perseguir
son incómodos frente a la ambición
aman las causas perdidas y nadan a contracorriente.
Los chicos rebeldes con la edad toman pastillas que no les drogan
drogas que no les matan
y mueren un poquito cada día, sin perder ni ocultar
el brillo errático de sus miradas.
Los chicos rebeldes han aprendido a despedirse sin decir adiós
se van sin hacer ruido ni dejan rastro
solos, siempre solos
con el mundo dentro.

Poema
(Diana Annabell Espinal (Honduras, 1964)

1
Ardo sin consumirme
En esta hoja jade
Ardo intervalo a intervalo
Almeja y balcón

Ardo como cardo en fauces invisibles y nocturnas
Columna a columna
Ombligo y candileja

Ardo porque soy Adán y Eva
Surtidora de arcabuces y de aguas tendidas

Ardo porque como el arrebato del páramo
Me visto de escaleras y pérgolas


Bihac, Bosnia

(Francesco Tomada (Italia, 1966)

Hay una muchacha que baja hacia el río
el bolso en una mano, un largo remo en la otra
tiene poco maquillaje en los ojos
un vestido claro y estrecho hasta las rodillas
lo más fresco de una tarde de verano

toma una pequeña barca de madera y
se aleja sobre el agua

cuando aquí había guerra
tenía quizá cuatro o cinco años
me pregunto qué cosas recordará de entonces

mira como es de obstinada la belleza
se reconstruye sola
es la semilla que germina bajo el asfalto y lo rompe
es una muchacha bosnia que rema ligera sin tu ayuda
cobarde Europa

Mi bandera
(Sonia Gutiérrez (Estados Unidos, 1975)

Mi bandera es del color de la flora–
de amarillos, verdes crespos y secos,
y de rosados encendidos: son las caritas
de flores y botones por sonreír.

Mi bandera es del color de la fauna–
de matices cremosos y oscuros
y de un pecho azul verde resplandeciente:
es el galope inquieto levantando el polvo y el grito
desgarrador emplumado.

Mi bandera es del color del agua –transparente
arropándome con sus brazos sin pugnar por el color
de la piel: en ella –río, gozo, canto, lloro y vuelvo
a sentirme amada.

Mi bandera no es del color de un arroyo rojo
de la sangre derramada de mi hermano palestino,
de mi hermana africana, de mi hermano blanco,
de mi hermana y hermano dos espíritus.
de mi hermana china, y de mi hermano sediento.

Mi bandera es el vaivén de una mano
y un pañuelo como un pájaro mensajero dolido
buscando un monte de esperanza,
ofreciendo paz y libertad.

Procedimiento para cazar mariposas
(Farah Hallal (República Dominicana, 1975)

Son apenas la tarde de tres en punto,
son apenas
a falta de otro método
vago por el continente
de un camaleón que sólo lame mariposas.
Cuarenta grados palpitan sus disparos de sangre
Cuarenta grados enferman en estampida
Y después de todo
retira la monarca su vena trémula
y se ajusta la hora al punzante dolor de las agujas.
Cuál es el método
batir todas las alas para sólo aproximarnos al vacío.
Piedra es lo posible
Y orgullosa de ser piedra
bajo por los linderos de la conciencia
desciendo por el pasaje vil de un acto noble
lanzándome a la codicia de mi propia red.

Eudemonía
(Elma Murrugarra (Perú, 1974)

Alguien entra sin permiso
se lleva
ropa perfumes libros
televisores cuadros huacos
dinero comida cigarros
el papel higiénico
y tu máquina de escribir
una dos tres
cuatro veces entra
pero tú que eres la canción
de Atahualpa Yupanqui
El Aromo
te ríes
no te han robado
te ríes con ese aire burlón
mientras lloro
me abrazas y regalas
una muñeca descalza
mi novela de Ken Kesey
un poema manchado con café
mi chaufita de camarones
me abrazas y ríes
nada te han podido quitar

Más que la muerte
(Tiago Nené (Portugal, 1982)

Como una sed mayor que la propia sed,
un gesto mayor que las manos,
unos pies mayores que los pasos,
un ruido mayor que el infinito,
ella viene a decirme …
Como un miedo mayor que el miedo,
un secreto mayor que las palabras,
una amor mayor que los cuerpos,
un sino mayor que la historia del universo,
ella viene a decirme ….
Como una herida mayor que la sangre que mana,
una cámara que capta más que la imagen,
unos versos que dicen más que la poesía,
un frío que hiela más que el hielo,
ella viene a decirme:

Muere, mi amor.

Muere más que la muerte.



martes, agosto 28, 2012

Ivonne Moreno Uscanga: James Joyce, Ignacio García


 
 
CUMBRE DE LAS LETRAS: JAMES JOYCE
 DISERTACIÓN DE IGNACIO GARCíA EN CASA PRINCIPAL

Ivonne Moreno Uscanga

A guisa de lector, uno constantemente se pregunta la importancia capital de los ciertos escritores y de tal forma es  como nuevamente se vuelven a leer. Esto se agradece en parte a escritores como Ignacio García quien en diversas ocasiones nos remite a ellos, hoy a Joyce, ayer a Camus.
Retomando lo del punto cardinal en la narrativa del siglo XX, Joyce está en la  cuerda de la introspección. No debemos olvidar, la influencia de Freud,   en lo alusivo a los viajes hacia el interior humano, sin ellos los malabarismos psicológicos de James Joyce no se clasificarían como el paralelo del yo y sus represiones.
Escritor oscuro y de difícil lectura, Joyce, abre a sus lectores  un recorrido por Dublín, de donde aparentemente sale, pero tal como sentencia bíblica, siempre permaneció, para darnos el ingreso a la conciencia como voz interior ululante de los deseos.
Sobre el  polémico escritor dublinés, Ignacio García  analizó  facetas poco  consideradas por los lectores,  como lo fue  su vida solitaria, tunante  y enfermiza, debido al terrible padecimiento de glaucoma, cuya enfermedad acabó apartándolo del contacto social. Situación para algunos expertos en su obra, favorecedora a la novelística del siglo XX, donde Joyce fue un  hito, insistimos, gracias a su innovación técnica: el retrato descriptivo del interior de sus personajes, enmarcados en lo sórdido  de la monotonía y la frustración. Así como las características de la escritura en  Joyce únicas en su género y parte-aguas dentro  la literatura: la voz de la conciencia y  el automatismo gráfico, más tarde retomado por Bretón y  los surrealistas.
Joyce,  junto con Virginia Woolf es considerado uno de los valores universales en  la literatura del siglo pasado. Autor de innumerables relatos como Dublineses y novelas    Retrato del Artista Adolescente,  y  la controvertida  publicación de  Ulises.
A Ignacio  García se le reconoce dentro del desarrollo cultural en el puerto por ser el pionero en sitios web en abocarse a la difusión artística, de allí la hechura de la  espléndida revista  Los Elementos del Reino.
Escritor incansable, sociólogo por la Universidad Iberoamericana, prologuista, docente y  promotor - impulsor de talleres de creación literaria, Ignacio García tiene como referente a la poesía y  ella es su estandarte de libertad y estética, donde su voz se ha tornado beligerante y docta.
Es autor de títulos como El Cuaderno del  Escriba, colección IVEC- Conaculta por el Bicentenario, Poemas donde la luz alterna y una publicación homónima de Los Elementos de Reino,  así como de libros de  innovación electrónica, como el titulado, El eje de la Flama.
El público asistente a Casa Principal disfrutó de los juicios de Ignacio García, pues él citó al calce anécdotas interesantes como la existencia del primer Ulises, encuadernado en azul griego hoy propiedad del cantautor Joaquín Sabina, así como de la celebración en Irlanda del Bloom Day, en honor a Joyce, por ser este el apellido del personaje detonante del Ulises.
Provocaron las palabras de Nacho; resonancia en cuanto a la literatura como arte y sobre todo en el de poner a James Joyce como el mejor escritor del siglo XX o de la palabra universal, pues cada lector o experto tendrá sus lecturas acerca de otros grandes: Shakespeare, Woolf, Pound, Eliot.  o de otros como Conrad, Hardy, James, Green, Holding, Orwell por solo mencionar autores ingleses, pues la lista sería interminable si pensamos en  Francia, España o en la riqueza de Borges.
Ignacio García abre de nueva cuenta polémica y nos convida a una de las óptimas acciones humanas: a LEER.

 

Leopoldo de Quevedo y Monroy: El amor es posible y no habita en una cama






EL AMOR ES POSIBLE
Y NO HABITA EN UNA CAMA
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy 

Con ligeras alas de amor franqueé estos muros
pues no hay cerca de piedra
capaz de atajar el amor…

 W. Shakespeare.

 
Haga el amor, trate con amor, cocinado con amor, se acabó el amor. Son expresiones en las que aparece camuflado de caqui y gorra uno de los sentimientos más nobles del ser humano. Se escamotea en ellas, como en una etiqueta, mito, tabú, verdad a medias o  mentira. 

El amor no es deporte, ni condecoración, ni adminículo de adorno, ni pose de melancolía o romanticismo. No es voltear los ojos cuando se besa o derretirse de zalamería cuando se abraza o se habla con la persona amada. Del amor se han montado encuentros y espectáculos pedestres, grotescos, ridículos que no tienen otra cosa que morbo, engaño y distractores. 

Del amor, cosa sorprendente, casi no se ha escrito ni se han descubierto sus secretos y encantos y poco se dicho su verdad monda y lironda. Solo quien lo ha encontrado podrá decirlo porque lo ha probado. De él muchos se han burlado, han fabulado juegos y otros han especulado, confundido con erotismo y tejido historias ociosas.  

Dios es amor, I love you, haga el amor y no la guerra, son frases cortas que se pintan en el vidrio trasero de los buses y en grafitis enormes. El amor no entra al cuerpo con flores en la solapa, con bombones ni mascando chicle, no se aprende como un juego milimetrado como el ajedrez o saltando entre los cuadros de una rayuela sin caerse para llegar al cielo.  

El amor ha existido sin esa palabra, en cualquier idioma, ha subsistido pese a la ciencia, a la tecnología y a la literatura y la psicología. Ha resistido ultrajes, banalidades, distorsiones y nimiedades. Es inmune a toda grosería o dilentantismo. Está inoculado al cuerpo humano y parece que a veces habitara en la mirada del caballo, el lamido del perro o del gato o que alzara su voz en el canto a compás del búho o de la torcaza cuando están en celo. 

Lo cantaron con lirismo en sus historias y en sus versos, sin mencionar su nombre Homero, Neruda, Quevedo, Goethe. Y también lo han manoseado y profanado otros autores en su prosa o canciones procaces. En fin de cuentas, el amor es un fenómeno humano susceptible de ser interpretado según el propio lente. 

El amor es un humor que sale aromado como en una sala de sauna por entre el calor o la caldera de los orificios de las neuronas, de los poros, de la hinchazón de las venas y arterias ante la presencia y alboroto que produce el ser amado. Es un fuego sin llama, es un hervor físico, es el paso de una lengua tibia que lame por sobre toda la piel, es el despertar de las entrañas por el gozo de experimentar respuesta del mismo color, timbre y suavidad del ser que nos mira o abraza y que amamos. 

Para que exista amor no es necesario saberse de memoria el Kamasutra ni saber besar en varios estilos, ni pedir consejo a lunáticos o monjes ni someterse a pruebas de laboratorio o ser ardiente en la cama o ser capaces de ir a duelo para tener derecho a la dama. El amor no viene de fuera. Nace un día dentro del sujeto afortunado sin pedir permiso ni que haya habido quinta noche de cita. No es como lo pintan los actores y divas del cine o las novelas rosa. 

El amor es un estado físico, medible, que se puede derramar, conservar en el frasquito del cuerpo por muchos años, que se puede evaporar si se descuida, que duele o rasca como el prurito de un exzema cuando se aleja la persona amada. El amor no es un oasis causado por una ilusión óptica ni un fuego fatuo que se mueve como una bailarina semidesnuda. Es un sentimiento humano que se alimenta de yerbas aromáticas que hace desaparecer la miopía,  alivia el peso, lava las heridas causadas en el camino y levanta el ánimo y la mirada cuando hay dificultades.  
 
El amor no tiene antídoto  ni se puede matar con un veneno. Es más fuerte que la muerte, dice un libro. Sin embargo, el amor, como expresión del sentimiento humano es posible, es alcanzable. No es mera ilusión o fetiche, o espejismo. El amor en el drama final de Julieta con Romeo pudo hacer resucitar a la envenenada y el vivo, a continuación, bebió la pócima. Julieta, entonces, se clava una daga para irse a encontrar con Romeo en su destino.  

Cuando existe el amor, es como una carta as que gana siempre, es un instrumento feliz que llena de gozo y aunque a veces causa tormento, este es delicioso remedio para desearlo con más intensidad y para que resurja más radiante.

Cali, 27-08-1                                              9:41 a.m.

Carolina Valerio Mateos: POEMAS


POEMAS
Carolina Valerio Mateos

..."A mis compañeros extraviados en la misma ruta, que tuvimos el valor de tomar este diplomado, y los que aun no logro visualizar en fondo...sólo en forma"

 Intransigencia
En esta intransigente calma
Que apacigua la vida
En rutinas insanas
Las apariencias juegan
Con mis rostros rotos
En disimulo de vida
Y contingencias graves
Que someten mis delirios
Y contaminan el alma
Ya mis manos no tocan
Imágenes alusivas
De poetas muertos
Y escritores vivos
El infinito se ríe en la noche
Y por las mañanas
Despierta cansado
Casi muerta
Apesta esta tumba de vestigios
De reflujos constantes
de insolentes vicios
y pequeños resquicios
a lo lejos, vislumbro
un sol que alumbra
mi morada
despertares que esperan
sueños largos
alas entumidas
retomo el vuelo.

Esperanza
Ando leyendo libros
Vendiendo bolsas vacías
Collares de esperanza
Flores de primavera
Perece mi vida un circo
Donde yo soy la única espectadora
Mis risas se escuchan de lejos
Y yo sigo actuando
Con lúgubres tempestades
Pinto de colores mis sonrisas
Y camino en paso armonioso
Luciendo mis andrajos
Colgajos, miserias
Envueltas en vestidos de colores
Sandalias rojas y moradas
Rio y sueño
Vendo a veces lastima
 y canto de vida
Escribo y sueño

Vestigios
Hoy tus huellas de vida
Dejaron en la mía vestigios
De infamia, de soledad
De impotencia
De indignación

Mis ojos inertes
Recorrieron esos espacios solitarios
Vacíos y llenos de inmundicia
Haciendo que mi alma
En alaridos reclamara
Mi mente recorrió
Ese oscuro lugar
Donde habita tu alma
Blanca e intocable
En medio de la podredumbre
 
Mis manos se acomodaron en tu piel
Y con un abrazo imaginario
Sin  perder la esperanza de que sea real
Rose tus lágrimas
Que hablaron a mi lado como murmullos
 
Mire la vida
Discerniendo tu estancia
Tus pasos
Tu impunidad
Casi me invadió tu esencia 

Escuché tus datos
Tú esperanza en el mañana
Tus horizontes extraños
Tu andar sin trazo
Tus pies cansados 

Cavilando en silencio
Me sorprendió la noche
Con mi mente en blanco
Inerte,  escuchándote
Tome tu mano
Recorrimos juntos
Mundos infinitos
Abrimos esperanzas
Le dimos paso a la vida
Y en ella nos quedamos
 
Con símbolos reales
De amistad
De lealtad
De lucha
De humildad

Mirando el sol

Que tus ojos perdieron
Y tu alma ganó
Te veo en  el infinito
Hacia la inmortalidad
 

jueves, agosto 23, 2012

Editor: Caso Rosa Estela Jiménez


 
ADVERTENCIA EN EL CASO
ROSA ESTELA JIMÉNEZ

Este caso de Rosa Estela (AQUÍ), es el que más comentarios ha tenido en nuestro blog, gracias al interés de mucha gente que desea ayudarla y ve la injusticia cometida en contra de ella como una afrenta a nuestros propios valores como mexicanos.

Lamentablemente, la Internet y sus redes sociales y blogs, se ha prestado para todo. Hemos recibido el siguiente comentario en el que se pide DINERO para ella, vía una empresa con santo y seña, además del número de cuenta y código. Nunca había sucedido esto, pues este blog jamás solicitaría de nuestros lectores ayuda en especie; a menos que fuera a través de un organismo internacional serio y hubiera toda la transparencia debida en el manejo de los fondos destinados a ella. Por lo mismo, suplicamos, se haga caso omiso a este comentario y sigan, a lo largo de este mismo blog, los pasos que se continúan dando en pro de la justicia en un caso a todas luces racista.

Ignacio García
Editor

HE AQUÍ EL COMENTARIO
Anónimo ha hecho un nuevo comentario en la entrada "Alicia Dorantes: El caso Rosa Estela Olvera Jiméne...":

hola a todos y grasias por el apollo de rrosa , ella esta llena de fe y confiansa de que dios le dara su libertad , yo tengo la suerte de poderme comunicar con ella a traves de cartas , y su fortalesa me asombra , y la fe en dios , es increible , pero ahun asi ella necesita cosas personales , ahi adentro , y podemos ayudarle, con un poquito de dinero ,, lo que se la voluntad de cada uno , a ella le cervira de mucho , ahi dentro , para cosas personales y para papel y estanpillas para sus cartas ,, se le puede mandar por ( money gram ), es facil solo les pediran el codigo y el numero de ella , y claro su nombre , dios se los recompesara por cada centavo que le manden y pongamosla en nuestras orasiones , todos los dias , y a cada momento y ella saldra de ahi , grasias por su apollo de parte de ella , grasias a todos , dios los cuide ,, el codigo de money gram es este ,,, 3570,, el numero de ella es , 01326763,, rrosa e jimenez ...grasias de nuevo ,

miércoles, agosto 22, 2012

Lourdes Franyuti: Señal de sol y lluvia


 
Señal de sol y lluvia.
Lourdes Franyuti

            Vuelvo a casa. Más de veinte años han pasado desde aquel día. Caos, angustia, llantos de alegría y de esperanza; tantos recuerdos que sigo escuchando.  Cierro los ojos y la imagen del suceso sigue atrapada en mi mente: un abrigo viejo, botines gastados, un gorro tejido y un año 1989 casi finalizado en noviembre, fueron mis armas al saltar el Muro, apodado por todos, Muro de la Vergüenza. Los mismos años de construido el muro tenía yo, al pasar esa frontera que marcó mi vida, en una lamentable pesadilla de la que no he vuelto a hablar.  

Veintiocho años esperando a que un milagro se diera…          Mi madre y yo nos separamos de mi padre de un día para otro. Intentos de fuga que pude haber experimentado, resultaron fallidos. Nuestros vecinos pudieron escapar desde la ventana del edificio donde vivíamos. Era una pareja joven y su hijo de siete años, dispuestos a arriesgar su vida. Mi madre en cambio, tendría que llevarme conmigo siendo yo una niña de meses de nacida; ni lo probamos. Un año más tarde, vecinos de planta baja cavaron un túnel, pero fueron descubiertos por soldados del Ejército Nacional Popular y llevados a la calle para asesinarlos sin piedad. 

En este momento, dentro del aeropuerto de París, observo ahora mi tableta electrónica, cargada de redes sociales, donde puedo comunicarme con cualquier persona, a cualquier hora y en cualquier lugar del mundo. Un correo electrónico llega a mi bandeja  y lo abro con interés. Se trata de una invitación a participar en el Aniversario del Levantamiento del Muro, en el Centro de documentación del Muro de Berlín, en la Bernauer Strasse. Medito tal invitación… Seremos sólo diez los que expondremos nuestras vivencias. Me llama la atención un nombre: el de aquel vecino de siete años que pudo escapar ileso.  

Lo localizo por facebook y se interesa en verme antes del evento. Me hace varias peguntas: en dónde he vivido, si pude contactar a mi padre en la Alemania Occidental…  Dudo en responder. Mi madre nunca tuvo la certeza de que el niño hubiera cruzado la muralla con éxito. Le contesto por cortesía; le comento que he vivido tranquila, en paz, y que lo veré en la conferencia. 

Los días corren y el tan esperado 13 de agosto llega más pronto de lo que pudiera imaginar. Autoridades, políticos e invitados especiales saturan el lugar. Levanto mi mirada y trato de adivinar por medio de la edad, quién podría ser ese niño hecho hombre. Los minutos transcurren y su nombre no es mencionado en la ceremonia. Salgo del recinto sin hablar, con la mirada cabizbaja y sin darme cuenta, me dirijo hacia el Memorial de las “Cruces Blancas”. Un enorme arco iris se dibuja en el cielo. Alzo la cabeza y distingo tan cerca de mí dentro de una de las cruces, ese nombre tan buscado y nunca pronunciado; un nombre con apellido y debajo de éste, la fecha con una pequeña cruz sin fotografía. No logro entender a quién pude haber contactado a través de la red social, quién puede saber a manera virtual, lo que pudo haberme ocurrido desde aquel 1989. Sigo mi camino esquivando los charcos; me quedo con la duda, con el fresco agosto y con esta colorida señal de sol y lluvia.