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viernes, mayo 18, 2012

Ivonne Moreno Uscanga: Carlos Fuentes: Revelador de otros Méxicos


Carlos  Fuentes:   Revelador de otros Méxicos
Ivonne Moreno Uscanga

 Referirse a la obra de Carlos Fuentes nos lleva a diversas herméuticas. Fuentes fue un escritor prolífero. Resaltado y rescatado por dos incidentes políticos, primero el relacionado con Carlos Abascal y luego con una confusión de un candidato presidencial, Fuentes se pone en el escenario público, y sobre todo para muchas personas antes no interesadas en su obra, no obstante, no debemos soslayar su enorme importancia en las letras mexicanas.

Del enorme repertorio narrativo, incluyendo teatro: El Tuerto es Rey, Orquídeas a la luz de la Luna, Todos los gatos son pardos, Ceremonias al alba, Los reinos imaginarios y su argumento a la ópera de Santa Anna, me intereso por destacar sus relatos cortos, los cuentos dentro de la narrativa de Fuentes son extraordinarios, y aún más aquellos desprendidos de sus días de descubrimiento para él y sus lectores de un México, distinto, ese híbrido maravilloso entre la cortina de nopal y la modernidad.

Traer a la memoria  Los días enmascarados, Cantar de Ciegos, Chac Mool y otros cuentos, Agua Quemada y de manera posterior Constancia y otras novelas para vírgenes,  también relatos cortos, nos encierran  además de una buena grafía, un México insisto, atrapado en su idiosincrasia y su despertar a un México moderno, al del progreso a ultranza.

Figúrate en cambio que México hubiera sido conquistado por budistas o mahometanos. No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murió de indigestión. Pero a un dios al que no le basta que le sacrifique por él, sino que incluso va a que le arranquen el corazón, ¡caramba jaque mate a Hucichilopochtli¡ El cristianismo en su sentido cálido sangriento y de sacrificio y liturgia, se vuelve una prolongación natural y novedosa de la religión indígena, Los aspectos de caridad, amor y la otra mejilla, en cambio son rechazados. Y todo en México es eso: hay que matar a los hombres para poder creer en ellos… (Chac Mool)

En Carlos Fuentes podemos anotar su cuidadoso cosmopolitismo, varios de sus relatos intercalan los idiomas inglés y francés,  cuidando el español a guisa de un pulcro de las expresiones literarias, convertidas en metáforas citadinas  de vanguardia:

Whisky soda without glass …

…el cantinero la miró con asombro: un asombro de profesional herido. Se detuvo en la postura en que la orden de Isabel lo sorprendió y dejo caer los hombros, derrotado en su oficio, por el grito agudo de la cabeza inclinada. Cerró los ojos despeñado de su antigua seguridad por la solicitud sin antecedentes:

P´raps her ladyship would like a silver goblet. Glass is so common, after all…

La cabeza en llamas se desbarató en una carcajada arrugada y pecosa. El cantinero se llevó la servilleta al rostro y detrás de ella, sofocó su risa triturada.

-Sans glace, s´il voul platit…repitió Isabel  sin mirar al cantinero…el hielo…el hielo me hace daño a la garganta… (  Víbora de la mar , de la colección Cantar de Ciegos)

Asimismo Fuentes es un apasionado de ciudad de México y de su historia, la ciudad es en su imaginación y pluma, es en sí,un personaje:

Paso al lado de una fundidora de vidrio, de una iglesia barroca, de una montaña rusa, de un bosque de ahuehuetes ¿ Dónde  Ha escuchado esa palabrita? Complementar. Giro alrededor de la Fuente de  Petróleos y subo

Por el Paseo de la Reforma. Todos los automóviles descienden al centro de la ciudad, que reverbera al fondo detrás de un velo impalpable y sofocante.

Yo asciendo a las Lomas de Chapultepec, donde a estas horas  sólo quedaban los criados y las señoras, donde los maridos se han ido al trabajo y los niños a la escuela y seguramente mi otra Elena, mi complemento, debe esperar en su cama tibia con los ojos negros y ojerosos muy azorados y la carne blanca y madura y honda y perfumada con la ropa en los bargueños tropicales…. ( Las dos Elenas)

Casi toda la escritura de Fuentes está bañada de México, de diversas maneras, la política y sobre todo el poder : La muerte de Artemio Cruz, Terra Nostra, La silla del Águila, concatenan su prosa con el México doble: el conquista y el insurrecto, el sumiso y el cínico, el ultrajado y el vivales, el reprimido y el convendenciero, el aparentemente  atado a los vínculos de la tradición familiar y social y el de la doble moral:

Estoy bebiendo un campary- soda tranquilamente en el bar del Hotel María Isabel. Digo “tranquilamente” porque el estrépito de ese conjunto de guitarras es tan grande que se anula a sí mismo, se abstrae y me permite sentarme aquí solo, con un vaso en la mano y una botana de tacos con guacamole en la mesa. Sólo hay soledad en estos lugares, no en mi hermosa gruta, no en mi bello receptáculo de todas las compañías que deseo. Así, quiero sentirme lánguido y alejado, en medio de todos los espectros cerca de los siervos encumbrados que la habitan, a la mano de las mujeres feas y tontas y cursis y de los hombres ridículos conquistadores efusivos, chistosos, que viene aquí a contarse amores repugnantes y negocios chuecos y juegos de palabras. Todos huelen a lavanda Yarley y acaban de estrenar el saco de tres botones y solapas angostas…. (Zona Sagrada)

Además de la historia nacional, el mexicanismo estrindente, la estructura de poder ensordecida por la avaricia, Fuentes se reconoce en la muerte y permea en ella, algunas de nuestras  dualidades, como la del amor y la angustia.

Con Aura Fuentes nos ubica nuevamente nos ubica en el Distrito Federal. La historia se desarrolla en el centro, en la calle de Donceles. Los personajes físicos son tres: Felipe Montero un historiador, una vieja Señora Lorente y una sobrina Consuelo- Aura.

Individuos atrapados en la atmósfera sórdida de una vieja casona cuya dueña intenta perpetuar un pretérito feliz a través de la recopilación de las memoria del general Llorente, tarea encomendada  Montero e hilo inicial de la trama, en la búsqueda de Aura, prolongación de la pasión sin tiempo, de la juventud eterna, de la belleza y de la entrega por medio de la reencarnación sexual.

Aura es el relato, convalidado al amor, y vencedor de la muerte como el reto a lo imposible, a la  perpetuidad a lo inalcanzable, al  mito. Factores esenciales en el tejido del imaginario mexicano.

Carlos Fuentes es uno de pilares en la literatura mexicano por las razones expuestas y tal vez por otras válidas de considerar, pese a los gustos o calificaciones de cada lector, no obstante no olvidemos a México y su ideología sin tener la fidelidad de este retrato: Fuentes y su periplo por los avatares de una nación multicultural, encontrada y polivante.




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