Ahí derramo mi simiente
volcán ajeno en la codicia matutina
venero de un futuro
que no existe
nunca falta un desabrido amanecer
cuando las hadas aún sueñan
y el camino viborea
cabizbajo
y salitroso
huecos de otros
se mancillan en las rutas prodigiosas
arterias venerables
que un día recorrimos
con vestidos de novatos
Verba naces
Índiga locura
por ramales
y en atajos espinosos
vientos hay
me dicen
que te inventan travesías memorables
horizontes rotos de mi casta
gargantas incrustadas de arrecifes
van al puerto
pero no
a ese
los latidos que me guían
ya nunca se detienen en nudos sosegados
tejidos una tarde
de rodillas
mis latidos
hincan manos en la negra tierra
se dirigen sin gobierno
hacia el más ardiente de los mares
con sus gotas de dolinas
y sargazos
ven el cielo
Otro
rugen
y despiertan
No hay comentarios.:
Publicar un comentario