Encuentra a tus autores aquí

martes, septiembre 14, 2010

Alicia Dorantes: Una nota de color y de locura



Una nota de color y de locura
Alicia Dorantes


Loco es quien no procura ser feliz con lo que posee. Anónimo
Antes del impresionismo no había sombras azules…
Oscar Wilde

Los colores tienen una historia tan antigua como el hombre: de ellos provienen los simbolismos que usamos sin saber por qué, y moldean y matizan nuestras vidas, nuestro modo de pensar y algunas de nuestras elecciones. La religión, la ciencia, la política y hasta los acontecimientos históricos los han sometido a la gama cromática y a su vez, han sido sometidos por ella. Ocultan historias prodigiosas y mitos infundados. Los colores son el espejo de nuestra herencia, de nuestros gustos, de nuestros miedos, y hasta del modo en que vemos el mundo.
¿Es posible poder comentar sobre aquello que en el fondo ignoramos, sólo porque su presencia cautiva el alma? ¿Le está permitido a un neófito, hablar de pintura, escultura, música o poesía, sin conocer sus orígenes, sus reglas, métrica o cadencia? Corriendo el riesgo de “profanar” estos campos, creo que lo bello, es bello: así de simple. El arte, nos gusta o no nos gusta. La combinación de luces, sombras, colores tenues o apasionantes y ensordecedores, nos embelesa o simplemente pasamos de largo...
¿Sintieron de esa misma manera los Impresionistas? ¿Quiénes fueron ellos? Fueron artistas intrépidos que integraron una nueva y criticada corriente: rompieron los anquilosados cánones del arte y buscaron la fresca belleza de la campiña francesa. El diminuto pueblo llamado Barbizon, nacido en las márgenes de Versalles, acunó el movimiento tanto artístico, como ideológico. Pronto se difundió a Europa y parte de la América ya libre. En un arranque de juventud rebelde y emancipación, gritaron al mundo su concepción de la belleza si bien artística, totalmente disímil a la previa. Forma, vida, color, luz; pinceladas sin orden aparente, no por ello menos bellas. No por ello, menos artísticas.
El Impresionismo provocó un verdadero escándalo en el París del momento y aunque aparentemente concluyó en 1886, alcanzó en sólo doce años, niveles insospechados de riqueza y productividad. Así, pintores del todo el orbe y aun de tiempos posteriores, son capturados por su magia. De alguna manera esta nueva concepción, influye sobre ellos: Diego Rivera y Frida Khalo, entre otros pintores mexicanos experimentaron su influencia.
Pero hoy no quiero hablar de Manet, Monet, Gaugin, Cézanne, Degas, Renoir… ni siquiera de Berthe Morisot, cuya pintura me apasiona, no, sólo de Vicent van Gogh, “el holandés loco”, y de sus espléndidos tonos estridentes; de sus luces extrañas que veía y plasmaba en sus lienzos. De voces que le hablaban al oído, de su dilatado y confuso universo. Firmamento de tonos contrastantes: amarillos, ocres, negros; azules, lilas, negros; rojos, verdes… negros, confusos como su enfermiza mente. No obstante, la narrativa de cada uno de sus cuadros resulta un mágico y extraño poema... cantado a la vida. A la muerte.
De ese van Gogh cuya vida efímera y trágica, transcurrida entre la pobreza, los amores frustrados y la esquizofrenia, lo conduce a una muerte prematura... Porque si toda muerte de un ser humano, se antoja prematura, lo es más la de los “colosos” y a Vincent, la esquizofrenia lo condujo a la automutilación primero y al suicidio después, cuando contaba apenas 47 años de edad… ahí, en los dorados trigales inmortalizados en sus lienzos. Y el hombre que en vida ocasionalmente malbarató algún cuadro, ya no estuvo para saber que el “Retrato del doctor Gachet” -su médico tratante, pintado en 1890-, se vendió en 82… millones de dólares (mdd); que “Autorretrato sin barba”, realizado en 1889, en 71.5 mdd… que su “Trigal con cipreses”, -1889- está valuado en 60 mdd, ni que sus “Lirios”, -1888-, en 53.9 mdd ¿O es que quizá dónde él está, lo sabe y lo disfruta? No lo sé…

No hay comentarios.: