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miércoles, mayo 13, 2009

Alicia Dorantes: LAS VACUNAS



Las vacunas


El que tiene salud tiene esperanza.
El que tiene esperanza es dueño de todo.
Proverbio árabe


Querida Aimara:
En estos días de incertidumbre y temor ante una nueva amenaza, ante una nueva epidemia, vienen a mi mente aquellos lejanos días de tus primeras vacunas. Cursabas tu cuarto día de vida extrauterina y acababas de llegar a casa. Dormías en el corazón de tu cuna, pero tu sueño era superficial. Estabas molesta, inquieta. El termómetro nos dijo que tenías febrícula. Esa mañana antes de ser dada de alta hospitalaria, pasamos al servicio de medicina preventiva, donde te aplicaron... tres vacunas. El malestar que esto te causó fue muy grande y seguramente pensaste: “¡Cuán agresivos son los adultos con los niños!”
No pequeñita, no es así. Se te aplicaron por lo mucho que te queremos. Por el interés que el mundo tiene en proteger a sus niños. Te contaré una historia. Mejor dicho, son varias historias hilvanadas en una sola y, como suele suceder con las historias, ésta, se remonta a tiempos lejanos.
El ser humano siempre ha querido vivir mucho tiempo y vivir bien. Hace miles de años se intentó evitar las enfermedades por medio de la brujería, de la magia: se usaron amuletos y conjuros. Curas y sanaciones. Cuando se percataron que era mucho mejor prevenir las enfermedades que curarlas, la medicina dio un paso gigante y firme; arribó a los albores de la modernidad.
Cuando crezcas, escucharás alguna vez que las epidemias causaban la mortalidad hasta del 20 al 40 % o aún más, de la población afectada. Entre ellas estuvo la fiebre amarilla, el vómito negro, la peste bubónica etc. Una de las más temidas sin duda era la viruela negra. Esta escalofriante plaga fue traída a México por el conquistador español. Sin ir más lejos, se sabe que por aquel tiempo en Cempoala, una de las tres principales capitales del mundo totonaca, vivían cerca de treinta mil personas y que con los habitantes de los alrededores, el número ascendía a trescientos sesenta mil. Cuando la viruela arrasó con sus moradores, sobrevivieron unas cuantas personas: quizá sólo seis familias. Esta epidemia fue uno de los factores fundamentales en la caída de Mexico-Tenochtitlan.
Para comprender mejor esta historia nos remontaremos unos tres mil años atrás quizá a la India, quizás a Egipto, o mejor aún a China, porque ahí fue donde se dieron cuenta de que frotando la piel de individuos sanos contra las costras secas o el líquido de las pústulas de los sobrevivientes de la enfermedad, los sanos adquirían el padecimiento, pero ésta era de presentación mucho menos grave y con muy baja mortalidad. Más tarde a este fenómeno se le llamó variolización. El procedimiento se difundió en el continente asiático como una forma empírica de protección a la población general.
En Europa, de 1629 a 1775, la viruela causó una gran mortandad: no respetó ni edad, ni sexo, ni status social; entre las defunciones reales se contaron a: Ana II de Inglaterra, José I del Sacro Imperio Romano, Luis I de España, Pedro II de Rusia, Ulrica Eleonora de Suecia y Luis XV de Francia. En Suecia y Francia la viruela ocasionaba la muerte a 10 por ciento de los niños, en Rusia al 15 por ciento.
En el siglo XVII, Mary Wortley Montagu, dama anglosajona, observó ese “rudimentario tipo de vacunación” en la India, país asiático entonces bajo el yugo inglés llevando el conocimiento a Europa donde se difundió y adoptó manteniéndose vigente entre los años de 1689 a 1823.
¿Qué más sucedió? El día 17 de mayo de 1749 en Berkeley Gloucesershire, cerca de Londres, nació Eduard Jenner. Desde pequeño mostró una gran capacidad de observación. Siendo muy joven y luego de trabajar nueve años como aprendiz de cirujano, se trasladó a Londres, capital del país, para estudiar anatomía y cirugía con el doctor John Hunter, famoso cirujano de la época. Concluidos sus estudios regresó a su tierra natal donde había de pasar el resto de su vida ejerciendo como médico rural.
Al doctor Jenner le preocupaban los azotes de la mortal viruela. Para esas fechas todavía continuaba usándose la variolización como protección parcial contra la enfermedad. El joven galeno observó que en las ubres de las vacas aparecían lesiones muy similares a las de la viruela, pero más pequeñas y no mortales, notando además que quienes se dedicaban a la ordeña, y habían padecido en un momento dado una afección similar a la de las vacas, la llamada viruela vacuna, se hacían resistentes a la forma mortal de la enfermedad.
En 1796 comenzó sus experimentos. En 1798 escribió su libro “Inquiry into the cause and effects of the variolae vaccinae”, después de haber obtenido algunos logros en este campo. El camino hacia el éxito no fue fácil y los eternos amigos de la envidia pronto le criticaron sus argumentos y métodos. No obstante, el procedimiento fue aceptado y la mortalidad de la viruela cayó bruscamente. El uso de esta vacuna se generalizó en el viejo continente y se llevó a los Estados Unidos, de brazo en brazo, para conservar vivo al virus que confería la inmunidad.
Al poco tiempo llegó a América Latina gracias a una misión filantrópica que, partiendo de La Coruña, España, en 1803, visitó Puerto Rico, Venezuela y Cuba. Llegó a México en 1804 a través de la península de Yucatán. En su camino a la capital del país cruzó Campeche, Veracruz y Puebla. El doctor Francisco Xavier Balmis, nacido en Alicante, España, en 1753, fue quien condujo la travesía y mantuvo el virus activo gracias a inóculos sucesivos en los brazos de veintidós niños huérfanos que viajaban a bordo del buque.
Tuvieron que transcurrir setenta y cinco años de las aportaciones de Jenner, para que el químico francés Louis Pasteur y poco después, el médico alemán Roberto Koch, demostraran plenamente que las enfermedades infecciosas eran ocasionadas por gérmenes patógenos y no por generación espontánea, como se había postulado tiempo atrás. Pasteur –que en honor al doctor Jenner continuó usando el término de vacuna–, basado en los trabajos pioneros de vacunación, sin saberlo inició una nueva disciplina en la naciente ciencia médica: la inmunología. A él se le considera el verdadero padre de esta rama de la ciencia. Eduard Jenner murió en su tierra natal el día 26 de enero de 1823, no sin haber legado a la humanidad uno de los más valiosos obsequios de vida: el principio de la vacunación.
Como vemos antes de 1796, la viruela era una de las enfermedades más temidas por la humanidad: “el más terrible de todos los ministros de la Muerte”, dijera Thomas Macaulay, ya que era responsable de al menos 400 000 defunciones anuales en Europa. La viruela se erradicó de las Américas en 1971; en Asia el último caso se presentó en la India en 1975; en Europa los casos eran importaciones llevadas por viajeros a zonas endémicas, como el brote de Yugoslavia en 1972 iniciado por peregrinos de la Meca. El último caso de viruela en el mundo se presentó en la Merka, Somalia, el 26 de octubre de 1977.
La erradicación de la viruela, programada el 1 de enero de 1967 para conseguirla 10 años después, se retrasó 9 meses y 26 días; el Comité para certificar la erradicación lo hizo oficial el 9 de diciembre de 1979 y en la XXXIII Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra, el 8 de mayo de 1980, el Presidente de la Asamblea, doctor Abdul Rahman Al-Awadi y el director general de la OMS, doctor Halfdan Mahler, firmaron el certificado de defunción de la viruela en nuestro planeta. El Presidente de dicha asamblea dijo: “Mientras que los doctores firman los certificados de defunción de las personas, hoy firmamos el certificado de la defunción de una enfermedad”




No quiero poder económico, quiero que las vacunas que desarrollemos lleguen a la humanidad.
Dr. Manuel Elkin Patarroyo


Hasta ahora Aimara, hemos visto que la viruela está causada por el virus variola emergido en poblaciones humanas muchísimos años atrás. Durante siglos o milenios, epidemias sucesivas devastaron las civilizaciones. Fue una enfermedad tan letal que en algunas culturas estaba prohibido dar nombre a los niños hasta que contraían la enfermedad y sobrevivían a ella. Su tasa de mortalidad llegó a ser hasta de un 30% de los pacientes infectados. Sin embargo, después de un exitoso programa de vacunación mundial se logró erradicar la enfermedad. En EUA, el último caso de viruela se registró en 1949, mientras que el último caso ocurrido en forma natural en el mundo fue en Somalia, África en 1977; pero una vez que la enfermedad se erradicó en el mundo, suspendieron toda vacunación porque “ya no había necesidad de prevenirla”.
Actualmente el virus variola está al parecer, eliminado y sólo existen “reservas de ellos”, en ciertos laboratorios. Estas muestras se mantienen en estado criogénico –congelados a -70°C-, en Rusia y Estados Unidos. Grupos de biólogos insisten en eliminar “ese par de muestras previniendo que por un accidente no deseado alguna de ellas salga del estado de congelación en que se encuentran”. Esto no se ha llevado a cabo porque argumentan quienes los poseen “que el virus como tal, nunca fue entendido por completo, muy poco se supo la forma en que mutaba y sólo se logró dar con la vacuna, cuya elaboración fue empírica sin conocer con detalle su estructura o forma de infección”. Por esta razón dicen, han decido conservar estas dos únicas muestras.
No obstante, “se teme que otros especímenes del virus variola se encuentra en manos de países malintencionados o en manos de terroristas”. Una nueva epidemia del virus sería fatal puesto que desde su última aparición en Somalia, la vacuna dejó de aplicarse en el mundo y las personas nacidas a partir de entonces no han sido vacunadas. En otras palabras, se teme una guerra biológica.
The Journal of the American Medical Association, con fecha 10 de marzo de este 2009, menciona que investigadores japoneses han desarrollado una nueva vacuna contra la viruela. Cito:
“Una vacuna contra la viruela en cultivos de tejido de tercera generación parece promisoria, informan investigadores japoneses. La amenaza de que se use el virus de la viruela como arma del bioterrorismo ha llevado a reconsiderar la necesidad de una vacuna contra la enfermedad”, señalan los investigadores. “Desarrollar una vacuna que sea más segura que las vacunas de primera generación, pero altamente inmunogénica o sea que produzca una respuesta inmunitaria, es crucial para el diseño de un plan de prevención en el caso de ataques de bioterrorismo”, agregaron. El Dr. Tomoya Saito de la Universidad de Tokio y sus colaboradores, puntualizan: “La vacuna parece ser una alternativa viable en un programa de preparación en caso de un ataque de bioterrorismo eventual con el virus de la viruela”.
Cuando crezcas, pequeñita querida, te regalaré un libro. Es pequeño y cuesta poco, pero vale mucho. Se llama Los cazadores de Microbios. Perderte en la lectura de sus páginas, será para ti, como lo es para cualquier persona que lo intente, una aventura mágica. Mi libro, uno de los primeros que me regaló mi padre cuando niña, se lo obsequié a tu tío Miguel, el día que supe que sería médico.
Así, desde su aparición, las vacunas se han constituido en el primer recurso en la prevención de las enfermedades infecciosas, tanto de enfermedades humanas como de animales, que antes de su aparición, eran verdaderos azotes para la humanidad ¿Te puedo robar unos minutos más, Aimara, para darte una sencilla cronología que te muestre la evolución y progreso de las vacunas en el campo de la medicina? Del año 1100, data la primera descripción de la variolización, en la mítica China. Es hasta 1721 que se introduce esta variolización en Gran Bretaña. En 1796 Edward Jenner inocula al niño James Philips con la vacuna contra la viruela. En 1804, el doctor Francisco Xavier Balmis trajo a México la vacuna antivariolosa. En 1884 Luís Pasteur creó la primera vacuna viral viva atenuada contra la rabia y en 1885 la usó por primera vez en un ser humano; fue traída a México desde París, por el doctor Eduardo Liceaga.
En 1901 se le otorga el Premio Nobel en medicina a Von Berin por haber desarrollado la antitoxina diftérica. En 1908 en México, se expidió la ley constitutiva del Instituto Bacteriológico Nacional creado para que se estudiaran las enfermedades infecciosas y se prepararan las vacunas, sueros y antitoxinas para prevenirlas y cuidarlas. En 1909 los doctores Calmet y Guerin desarrollan la vacuna contra la tuberculosis –BCG-, primera vacuna bacteriana viva atenuada. La empleó en nuestro país el doctor Jorge Ocaranza, hacia el año 1931. En 1923 Gastón León Ramón empleó en humanos el toxoide diftérico. En 1925 Madsen, preparó la primera vacuna contra la tosferina. En 1935 se dispuso de la vacuna contra la fiebre amarilla. Hacia 1948 se utiliza la primera vacuna bivalente: contra la tos ferina y la difteria. En el país se inició en 1951 la vacunación contra la tuberculosis, gracias al uso de la BCG. En 1954 se produjo, el toxoide tetánico y al año siguiente ya se preparaba la vacuna DPT. Un logro trascendental fue la inmunización antipoliomielítica lograda por Jonas Eduard Salk en l954, de aplicación intramuscular o contra la misma enfermedad, pero administrada por vía oral y preparada por el científico Albert B. Savin que fue aplicada en 1962. En 1970 se aplican las primeras vacunaciones antisarampionosas. Un año más tarde, en 1973, se crea el Programa Nacional de inmunizaciones, con él se organiza la vacunación masiva y se aplican 5 vacunas simultáneas contra 7 enfermedades diferentes: BCG, SABIN, DPT, ANTISARAMPIÓN Y TOXOIDE TETÁNICO.
Los trabajos de investigación continúan y tras ellos, los logros: en 1986 aprobaron la vacuna recombinante antihepatitis B y en 1990, la primera vacuna conjugada de polisacáridos: Antihaemophilus influenza tipo B. Para 1997 se introdujo la vacuna contra el tétanos y la difteria para adultos. Por primera vez, en 1998 se aplicó en México una vacuna triple viral en niños menores 7 años y en 1999, se aplicó una vacuna pentavalente. En el 2000, iniciaron la vacunación masiva en adolescentes y adultos con las vacunas SR y Hepatitis B y en el 2007 llegó al país la vacuna pentavalente incluyendo la protección contra Rotavirus y Neumoco. Finalmente en el 2008 hay un nuevo esquema de vacunación simultánea de 10 vacunas, BCG, ANTIHEPATITIS B, DPT, ROTAVIRUS, NEUMOCOCCICA CONJUGADA, ANTIINFLUENZA, TRIPLE VIRAL, etc.
El registro de estas acciones de vacunación, se lleva a cabo en la Cartilla Nacional de Vacunación establecida en México por decreto presidencial el 25 de septiembre de 1978. La lista de vacunas de que se dispone, crece día con día. Existe protección contra la rubéola, la fiebre amarilla, la malaria, la parotiditis, mejor conocida como paperas. Si, hoy día, miles de investigadores en todo el orbe trabajan para mejorar la potencia de muchas de estas vacunas al tiempo que eliminan sus efectos secundarios. Así sucede con la salmonellosis –tifoidea–, la gonorrea, el cólera, o con ciertas enfermedades endémicas como la encefalitis equina, la enfermedad de Chagas, algunos tipos de meningitis, la varicela; o contra padecimientos llamados emergentes como son el virus del papiloma humano, que precede al cáncer cérvico uterino, el SIDA, el dengue. Ojalá que en un mañana, se cuente con vacunas contra algunos tipos de cáncer. Mejor todavía: contra todos ellos. Las edades a las cuales se aplican las vacunas están perfectamente estandarizadas pero incluyen desde los recién nacidos, como fue tu caso, hasta los adultos mayores a quienes actualmente se nos protege contra la neumonía, que tantas víctimas cobran cada año.
Respecto al panorama de la vacunación en nuestro continente, dicen los doctores Rosa Elena González y Armando Ayala: Los países latinoamericanos se caracterizan por tener una población eminentemente joven, ya que hay muchos nacimientos. La base de la pirámide poblacional es la infantil. Todos estos países están caracterizados por tener grandes problemas económicos, educacionales y de salud precarios por diferentes motivos. Esto predispone a una elevada morbi-mortalidad infantil. Un bello sueño de antaño ha sido la erradicación de la enfermedad por medio de las vacunas. Ahora el proyecto avanza con paso firme. La SSA en nuestro país dota a cada recién nacido de un carnet de vacunación y exige para el beneficio de todos, el correcto cumplimiento del mismo. En el se incluyen entre otros, la vacunación antipoliomielítica, DPT, antisarampionosa, antituberculosa conocida como BCG, etc.
Aimara: tiempo atrás, Emerson expresó en una sencilla frase una gran verdad. El dijo: La primera riqueza es la salud. Así pues, para concluir este relato te diré que hoy mismo, mientras en el mundo hay seres que se recrean en el placer de la venganza, de la destrucción y de la muerte de sus semejantes –culpables o inocentes–; mientras hay seres que acaparan para sí riquezas materiales y perecederas, en tanto con palabras fáciles, vanas, encubiertas por un dolor falso, no sentido, logran socavar las conciencias de sus conciudadanos e instigarlos a cometer nuevas atrocidades y generar más odio, en ese mismo tiempo, felizmente para la raza humana, hay aún otro mundo; el mundo que integran los hombres que sueñan y construyen cosas buenas para sus hermanos de raza.
Ellos laboran día a día, vertiendo su pasión y entrega en el trabajo y los logros obtenidos, que son triunfos de vida para la humanidad entera. Demos gracias a ellos, que en su mayoría forman parte de los héroes anónimos, por hacer de nuestra efímera existencia terrenal, una experiencia sana y placentera.
¿Qué debemos de hacer ante este nuevo brote de influenza porcina? Ante todo, conservar la serenidad; tanto las autoridades centrales como las estatales, cumplen cabalmente su misión: proteger a la ciudadanía. Recuerda Aimara, que no hay peor epidemia que el pánico… y para él, no hay ni habrá vacuna.
Te quiere, tu abuela: Alicia.

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