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martes, febrero 17, 2009

Roberto Blaga: La criada le salió respondona




LA CRIADA LE SALIÓ RESPONDONA

El sábado pasado (llamado comercialmente día del Amor y la Amistad) entré a unos de esos almacenes en donde el gerente comercial, o estudio con los sufíes árabes o con algún maestro zen. Porque en una de sus mercancías (sombreros a los que se les cae la diamantina) exhibía un
gran letrero rojo que decía: “PROHIBIDO TOCAR, QUIEN MALTRATE LA MERCANCIA, SE LE COBRARÁ DOBLE...
¡Habrase visto! Por supuesto, no existe ni por asomo, ley alguna (que no dudo que nuestros congresistas un día se inventen una semejante) al respecto. Quien no sufra de lateralidad lógica diría: “No espere, mejor me llevo el sombrero maltratado, al precio que tiene

Esto viene a colación porque ya, en días pasados, abrió la boca el segundo hombre más rico del mundo – que no lo sería si no fuera por las tantas prebendas que el mismo gobierno mexicano le ha dado, y éste ha regresado a personajes conocidísimos con magníficos favores. A Carlos Slim (en uno de esos discursos disparejos y dicharacheros que acostumbra) se le ocurrió pedir a los inversores extranjeros “que no saquen su dinero de México, sigan invirtiendo, para que la cosa no se ponga más de carne de gallina, pues lo peor, económicamente hablando, está aún por venir... y que incluso a él le ha pasado por la cabeza despedir algo de personal”.

Si esto lo dice el vecino que tiene ya tres días sin comer, el albañil, el campesino que no tiene para el abono del grano (ni de la estufa a crédito) nada hubiera pasado. Pero como lo dijo el segundo ser más “cargado” del planeta, pues el medio-presidente mexicano que tenemos puso el grito en el cielo.

Y lo puso porque no permite que otro diga lo contrario a lo expresado por él a través de las televisoras, la radio, sus discursos dormilones, y los encargos que le hace al gordo encargado de la Secretaría de Hacienda, quien a su vez ordena, a los menos pesados, que se pulan y mientan: “las cosas marchan bien, México está blindado, las inversiones siguen llegando, los dineros golondrinos ya regresan a su nido, las inversiones extranjeras confían en el buen manejo de los dineros”.

En palabras textuales (después de que Slim amenazara veladamente con estropear también la diamantina del sombrero) "el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), Javier Lozano Alarcón, conminó al empresario Carlos Slim Helú a tomar conciencia de sus declaraciones en torno a la crisis económica que agobia a México, ya que, dijo, se ha convertido en el segundo hombre más rico del mundo gracias al sistema económico que ahora critica. .. Aunque el funcionario federal dijo no tener un enfrentamiento personal con el empresario y sí hablar a nombre del Ejecutivo federal, lo retó a no despedir un solo empleado del conglomerado que dirige” (1)

Punto aparte de que la “crisis mundial” le cayó al ilegítimo presidente como dogal al cuello, para pretextar inexperiencias y errores, ya la crisis mexicana per se iba caballo a la hacienda; esta crisis “globalizodora” le sirve de parapeto ideal al primer mandatario para dar razones de su pérdida de brújula en los modos de gobernar un país en el que otro poder y otras consecuencias (que Slim avisora fácilmente) a diario retan lo que se da en llamar "crecimiento del 1.5%". Estos factores manejados por Calderón son:


1) Decir y repetir que la economía mexicana tan deteriorada (con sus 50% de pobres), falta de escuelas, de empleos, de infraestructura, es culpa de Wall Street
2) Esperemos, dice Calderón (unos 20 años) a que primero Obama repare el daño estadunidense y luego ya veremos que hacemos nosotros: claro, hacer cosas que no hayamos hecho antes...

3) En tanto, la demagogia continúa, la inseguridad acelera, la pérdida de poder presidencial es cada vez más anémica, pocos se preocupan de los ajustes a los desajustados: (alcaldes que ganan hasta 120,000 pesos mensuales, pero se ha otorgado un aumento de 4 pesos diarios por cada cien al resto del rebaño)

Por ello es que, en un discurso fuera del D.F., al enterarse Calderón de lo dicho por Slim, comenzó con los subterfugios, uno de los cuales va por delante: “La criada me salió respondona”; y comenzó a llamar catastróficos a quienes con cifras en mano, hablan de una debacle financiera que (nada tonto), el presidente mete en el costal de lo "mundial"; "conmina" a Slim (ducho en asuntos financieros), y desea hacer callar a quien lo contradice, violentando una dizque democracia fantasma donde todos tienen derecho a hablar y ser escuchados, y no sólo ser escuchado –y creído—y que, claro, éste sea el vacilante mandatario.

Porque, ojo, Slim --haya como se haya hecho riquillo-- no sólo considera el problema financiero en serio, sino que mira no sólo eso; también la bomba que el ocupante de Los Pinos (que ya mejor ni salir de ahí quiere) tiene en sus manos: un gobierno impuesto y por tal, fallido. Todo un galimatías de gobierno en donde se enfrentan factores que conducen a un país no sólo a la debacle financiera sino de caos e ingobernabilidad. Veamos:


1) Los ciudadanos ya no respetan a sus autoridades con el mandatario a la cabez: vaya, ya no le creen ni la mitad de lo que dice y un gran número de millones de ellos no lo consideran el presidente legítimo de México.

2) Las “autoridades” bajo sub-mandos de este gobierno, ya no tiene ningún miramiento por la ciudadanía (caso Acteal entre cientos). Los más altos cargos de autoridad están metidos hasta el cuello en sobornos, chantajes, operaciones, etc. de tipo ilegal; y cuando se trata de poner orden público, carecen del más elemental de los sentidos para dirigir a sus tropas (sean policiales o militares) pues no existe estrategia alguna ni educación en cuanto a derechos humanos.


Y 3) Lo peor: Las “autoridades” ya no se respetan entre sí mismas: han tomado el camino de la competencia, y entre ellos han creado sus clanes, sus liderazgos, sus “repartos y premios” a los sub-alternos, sólo para ver qué corporación (paradójico) coopera, no más en el sentido del orden público, sino qué corporación hace más escándalo como candidato a bándalo.

De las máximas autoridades judiciales, Suprema Corte de Justicia y demás; IFE y sus reglamentos fallidos, así como las televisoras que, a cambio, le conceden unos gramos más de demagogia a los “entrevistados”... ya ni hablar.
Vivimos en un país que se detiene con hilos, cuya impunidad es asquerosa, y uno en el que la división entre pobres y ricos cada vez se agranda más. Uno de ellos, Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, se ha atrevido a hablar. La advertencia de Calderón es velada: si estropeas mi mercancía demagógica, te cobro al doble el producto sin dejar que te lleves lo echado a perder. No obstante, que se recuerde otro dicho: “Cuando la perra es brava, hasta los de la casa muerde”.


(1) El Financiero, 10 de febrero, 2009

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