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martes, enero 20, 2009

Jaime G. Velázquez: Humanismo, lo que falta



Humanismo, lo que falta

A todos nos repugna la muerte de los humanos. Nos sobrecoge la muerte de una persona en un automóvil o de más de cien en un avión. Pero nada nos detiene y rápido nos trepamos en cuanto vehículo se ponga a nuestro alcance.
Vemos las noticias de las nevadas en España y de los accidentes en carreteras congeladas y pensamos: ¿por qué esa gente no se quedó en casa? ¿La entrega de la mercancía que llevaba un camión era más valiosa que el camión, su carga y el chofer herido o muerto?
No entiendo el tiempo que me tocó vivir.
Los israelíes aprendieron de los estadunidenses y ahora invaden a sus vecinos sin más. Antes de que sus aviones, tanques y armas pasen de moda, los usan, porque no creen en las palabras de la diplomacia. Y porque tienen un argumento para callar a la opinión pública mundial: es por defensa. Igual que los Bush atacando Irak, o México. Y en un descuido caen proyectiles sobre la ONU en Gaza.
Pero hay que recordar que hace cincuenta año supieron esperar muy quietecitos la aprobación de la ONU, que reconoció su derecho a vivir independientes en vecindad con los palestinos.
Astutos, inician un ataque que parece un homenaje al presidente saliente de EU y pactan una tregua a unos días de que entre el nuevo presidente, que ya atacó verbalmente a Venezuela antes de empezar su nuevo trabajo, una señal para la oposición, que lanzó tres bombas lacrimógenas el 19. Y en menos de un mes los israelíes sumaron más de mil vecinos muertos sin hacer un solo gesto de desagrado.
Un terremoto puede matar a mil personas en un minuto, una inundación también. ¿Por qué preocuparnos por las edificaciones destruidas, por los muertos sin lugar en los cementerios de Gaza, en espera de un lugar para descansar en paz?
No es lo mismo, claro que no es lo mismo. La naturaleza no piensa y hay pruebas de que los actuales fenómenos son consecuencia de lo que hace mal la humanidad. Los humanos piensan, deciden, disparan, o suben a coches y aviones para ir de visita a donde sea.
En México hay cierta animadversión por los judíos, por muy diversas e insondables razones, por envidiar su habilidad en los negocios y por lo que sea pero convendría documentar de dónde vinieron las ideas que han circulado en México contra ellos y sospechosamente compartidas, o refutadas, sin mayor cuidado, antes y ahora.
Además, es difícil superar el disgusto del trato con algunos de ellos, que en el fondo no se consideran mexicanos (omito los nombres que estoy recordando). Pienso más en el gusto del trato con otros de ellos, como con el sicólogo Isaac Seligson y revivo las reuniones en su casa, su trabajo con los doble A.
En México hay una gran ignorancia por los árabes, por todos, los buenos y los malos, por sus diferencias culturales, pues no todos son turcos o libaneses. Así que lo aconsejable, antes de tomar partido, es la ponderación. Los árabes estuvieron ocho siglos en España y muchas de sus palabras las usamos en México a diario. Lo que hizo la Inquisición en México con la familia Carvajal, las canciones sefaradíes que canta Victoria de los Ángeles, como la que dice “una matica de ruda, una matica de flor, hija m{ia, mi querida, dime a mí quién te la dio, dime a mí quién te la dio”. Y la respuesta dice “”me la dio un mancebico, que de mí se enamoró”. Lo que hicieron los reyes católicos al expulsar a los judíos de España en 1492, y la expulsión de México de los jesuitas, entre ellos Clavijero. Pero uno pensaba que el siglo XXI sería diferente a los siglos “primitivos”.
En México llevamos moralmente, o intelectualmente, sangre judía y árabe: ¿no podemos evitarnos elegir un bando u otro?
¿Qué pasa en Israel y Palestina? Ojalá todos podamos encontrar los libros que nos permitan tener una opinión que no genere rechazos irreparables por los humanos de culturas distintas.

3 comentarios:

Nancy Ortiz dijo...

Hola Jaime, que bueno que escribes sobre el conflicto. Los judíos se valen de su drama histórico para justificar esta masacre (aunque también se valen de la complicidad de Estados Unidos). Mucho se ha hablado de lo retrogradas que pueden llegar a ser los pueblos musulmanes. Sin embargo, si tengo que tomar partido con toda seguridad lo haré por el pueblo oprimido, es decir, por el pueblo palestino. Me parece triste que a pesar de que la historia de la humanidad nos ha enseñado la peor cara de la guerra, los gobiernos aún utilicen los ataques para dirimir conflictos religiosos, políticos y económicos. Sin lugar a duda me decepcionó mucho que Obama no se pronunciara en contra (para ser sincera jamás he pensado bien de él), también me pareció triste que la Unión Europea no hiciera un pronunciamiento al respecto. Así que ya sabemos como nos va ir si un día a Estados Unidos se le ocurre atacar nuestro país (que ya lo ha hecho en varias ocasiones) nadie dirá ni pío. Ojala ningún pueblo tenga que vivir nuevamente una guerra.

Anónimo dijo...

Tienes razón y sin tomar partido, humanismo es lo que falta.
Pero, no está de más decir, que los israelitas carecen de la compasión que debería darles el haber ya sufrido un holocausto. o es que de verada ¿se puede olvidar un hecho así y ser tan despiadado?

Nancy Ortiz dijo...

A los judíos los justifica (eso es lo que ellos creen) el holocausto, como sufrieron creen que tienen el derecho de hacer lo mismo. Si cada pueblo oprimido y sufrido tomara venganza. Esto sería una permanente masacre.