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jueves, diciembre 04, 2008

Lennon antes que Yoko




Nada más leer el prólogo, firmado por el primer hijo de John Lennon, Julian, se sabe que las páginas siguientes no van a ser un canto a la nobleza y el pacifismo del ex 'beatle'. «Sólo le vi unas cuantas veces, y cuando lo hice, siempre se mostró distante e intimidatorio (...) Mientras papá se convirtió rápidamente en uno de los músicos más ricos, mamá y yo teníamos muy poco, y ella salía cada día a ganarse el pan para nosotros». Después de estas palabras introductorias, comienza lo que tiene que decir 'mamá', es decir, Cynthia, la primera mujer de Lennon, y lo hace en su libro 'John' (Robinbook). Cynthia ha decidido contarlo porque está harta de que la pinten como una chica un poco sosa que se arrimó al músico por su incipiente fama. Para empezar, le conoció cuando Lennon era un chico bastante vago de la escuela de arte en la que se conocieron. Y, además, fue él quien perseguió a Cynthia y no al revés. La ex mujer del 'beatle' habla en esta obra autobiográfica con cariño, pero sin abusar de la sacarina, y se atreve a recordar episodios muy poco edificantes, como el golpe que Lennon le arreó por sentir celos de un compañero de clase, Stuart, luego miembro fugaz de la banda y muerto en plena juventud. Cynthia vivió con Lennon «los diez años más emocionantes, extraordinarios y memorables» de su vida, antes de que «las drogas y la fama» les separase. Esos años comienzan a finales de los cincuenta, cuando ambos coinciden en el instituto de arte de Liverpool. Allí Cynthia conoce un chico con pinta de 'teddy boy' que le agobia de continuo pidiéndole lápices y otros materiales. Lennon era entonces uno de los retrasados de la clase, que tocaba en un grupo de rock llamado The Quarrymen, mientras que Cynthia se esforzaba por no defraudar a su madre y por cumplir su sueño de ser profesora. El músico empezó a escribirle poemas en trozos de papel y mensajes que decían 'Te quiero, sí, sí, sí', que más tarde reciclaría en su canción 'She loves you, yeah, yeah, yeah'. El embarazoCynthia fue testigo de los primeros pasos de la banda más famosa del mundo. El desorden creativo de Lennon se complementaba con el rigor y la disciplina de Paul McCartney, y con la tenacidad de George Harrison, que no dejaba la guitarra hasta que la canción sonara a la perfección. Llegaron las primeras actuaciones, en un club situado en el sótano de una casa, acondicionado por la madre de Pete Best, que luego fue baterista del grupo. Llegaron las giras por Hamburgo, donde se atiborraban de anfetaminas y tocaban entre los números de 'strip-tease'. Volvieron a Inglaterra, les vio Brian Epstein, hizo que vistieran con corbata y empezaron las míticas actuaciones en el club The Cavern. Por fin, echaron a Pete Best, que no se podía creer la crueldad de las personas a las que consideraba sus amigos, y ficharon a Ringo Starr. En el aspecto profesional, las cosas marchaban a toda velocidad. En el personal, Cynthia le comunicó a John que estaba embarazada y le añadió que no tenía por qué sentirse obligado a casarse con ella. Al mánager, Brian Epstein, no le hacía ninguna gracia que un ídolo del pop fuera un padre de familia. Pero tuvo que tragar. Porque Lennon se casó, el 23 de agosto de 1962, con la que había sido su novia en los últimos tres años. Ambos habían cumplido los 23 años cuando tuvieron a Julian. El éxito de los Beatles fue en aumento y los Lennon se mudaron a un piso de Londres. A los pocos días, tenían a los fans haciendo guardia en el portal. Cynthia le acompañó en la primera gira norteamericana, la de 1963, pero el ritmo de la banda no era el propio para cuidar de un hijo. «Las inauguraciones, estrenos, conciertos y recepciones se encadenaban con tal rapidez que John y yo apenas teníamos tiempo de estar juntos», relata Cynthia.Se compraron una casa de 16 habitaciones en un barrio de lujo de Surrey, en el que también vivían Cliff Richard y Tom Jones. Si bien dice la autora que no les gustaba el lujo suntuoso, y que se acomodaron en una pequeña parte de la casa, lo cierto es que ella y las otras mujeres de los Beatles pronto se acostumbraron a comprar en las mejores tiendas de Knightsbridge, la calle más elegante de Londres. Bob Dylan les inició en el cannabis y a mediados de los sesenta Lennon empezó a tomar LSD. En sus noches de descontrol llegaba a casa con «un montón de desgreñados». Cynthia se atrevió a probarlo, pero no le gustó, mientras que a John cada vez le gustaba más. En 1965, el guitarrista conoció a una artista conceptual, Yoko Ono, en una galería propiedad del marido de Marianne Faithful, la ex de Mick Jagger. Meses después apareció una foto de Lennon y Ono agarrados de la mano, y el paso siguiente fue establecer las cantidades de dinero que se repartirían en el divorcio. A partir de ese momento, las noticias que le llegaba a Cynthia de su ex marido procedían de su hijo común, Julian, que solía pasar algunos días con su padre. Éste le decía que Yoko estaba la mayor parte del tiempo en otro piso del edificio Dakota, y que incluso dormía en él, mientras Lennon se sentaba delante de la televisión con su guitarra y gritaba «¿Es una mierda!» cuando no estaba de acuerdo con alguna de las noticias.




John Lennon, antes de Yoko, la primera mujer del beatle, Cynthia, publica un libro sobre los diez años que pasó con él, desde su encuentro en una escuela de arte de Liverpool hasta su ruptura por las drogas
IÑAKI ESTEBAN i.esteban@diario-elcorreo.com/BILBAO

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