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martes, noviembre 25, 2008

Lourdes Franyuti: La boda de mi mejor amigo




El título de una película protagonizada por Julia Roberts y Cameron Diaz. Dos mujeres suspirando por el amor de un mismo hombre. Jamás pensé que esta historia la estuviera viviendo en carne propia.
Me pregunto porqué el destino me escoge precisamente a mí para tomar el papel de la amiga, la confidente, la consejera. No lo sé… Creo que me tocó perder.

Por más que trato de olvidar lo vivido hace escasas dos horas, mi mente no asimila tanta tristeza y decepción acumulada en mi alma; es más, ni los caballitos de tequila me han ayudado esta vez. Me encuentro sola en el bar del hotel donde me hospedo. Le he pedido al camarero que apague la enorme pantalla que en vez de entretener, me está enloqueciendo. Miro el sobre verde y saco una tarjeta que no me atrevo a leer…

¿En qué momento se enamoró de ella?. Me lo pregunto desde hace tres meses que Oscar me llamó para darme la noticia de su boda. Su llamada fue un monólogo; mientras él hablaba maravillas de su mujer única, hermosa e inteligente, yo tomaba con mi mano temblorosa el celular, tuve que estacionar el auto para no chocar. Se me hizo un nudo en la garganta, y las lágrimas no pudieron esconderse más. Mi mente aturdida pudo captar la última frase: “Tendrá que renunciar en su trabajo. Como tú bien sabes, aquí en mi pueblo no hay campo para que ejerza profesionalmente. Para que te des una idea Inés, le llevo nueve años”.

Hace unas horas, cuando llegué a la fiesta, los novios daban la bienvenida en la entrada. Me presentó como su “mejor amiga”; me abrazó agradeciendo el viaje tan largo que hice para acompañarlos en ése su día. Tengo que reconocer que la novia es muy hermosa, su carisma, seguro la caracteriza de las demás.
Dudé en bailar el vals. Algo dentro de mí me empujó hacia la pista de baile. Me miró y me extendió su mano. Bailamos el vals como tantas veces lo hicimos en bodas de amigos en común. Le pregunté: “¿Cómo es que no soy yo la que está vestida de blanco?”. “Tú mejor que nadie conoces esa respuesta”. Contestó sonriente.

Regresé a sentarme a la mesa que me habían asignado. Estuve platicando con mis compañeros de Generación un buen rato hasta que el tequila me susurró que me fuera. Me despedí de todos, entregué la propina al mesero que nos atendió y él a cambio me entregó un sobre verde.

Lo abro ahora que me tomo otro tequila en el bar, leo una sóla línea: Siempre has sido y serás “mi mejor amiga”. Me pregunto: ¿por qué la amiga de parrandas, la que sabe escuchar, la que comparte a veces su cama, por lo general, no llega al altar vestida de blanco y del brazo de ese amigo?.

No encuentro la respuesta exacta. Será que ciertas mujeres no estamos capacitadas para compartir toda una vida y solo servimos para compartir una noche… No lo sé. De lo que sí estoy segura es que a muchas nos toca actuar el papel de “mejores amigas” en esta película.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De hueva esta colaboración.
Betzaira

Anónimo dijo...

Difiero del comentario anterior.
Amena y entretenida la historia. Conozco a una persona que le pasó algo similar.
Nat.