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martes, agosto 05, 2008

Sergio Gil Ortiz: Fantasma



Un fantasma taciturno, de semblante aburrido, hace con resignación los recorridos diarios de la vieja mansión tétrica, construida a mediados del siglo XVI, en la fría campiña inglesa a la que lo habían asignado del sindicato de fantasmas como castigo por el mal comportamiento en su trabajo anterior en el palacio de Buckingham .

Qué horror tener que vivir en este cajón de piedras frías, abandonado, donde nada cambia, ni nadie entra a visitar. Está en un lugar al que el camino lo cubrió de maleza y no tiene el tamaño, ni la importancia histórica, como para que valga la pena ser visitado, ni siquiera por algún despistado lunático que se jacte orgullosamente de ser lo máximo por perder el tiempo al hacer su doctorado en arquitectura medieval.

Nadie ha estado aquí desde hace 5 años, en que el venido a menos ancestro del vizconde de pachangón, dueño original del castillo, saqueó las últimas pertenencias que se encontraban en él, así que ahora esta con los cuartos vacíos, la paredes pelonas, sin muebles, ni alfombras, ni siquiera algún plato roto de porcelana que recuerde la magnificencia de la vida de opulencia que se vivió aquí, lo único que dejó fue una peluca enmarañada de la vizcondesa que no pensó le daría ningún beneficio, y lo peor es que tenía tanta necesidad y desfachatez, que a pesar de los mil sustos que le di para que se fuera y cuando menos dejara algo que pudiera ser atractivo a alguien para entrar al castillo, el muy conchudo, aunque temblando de miedo no se fue hasta no dejar todo bien pelado.

Contras, ¿Qué pecado cometí? Está bien que cuando me asignaron a buckinham hice mis maldades, fíjense que volví estreñida a la reina Isabel, cuando un día que entro al baño y me la encuentro sentada con la corona puesta y el vestido de su coronación arremangado, fumándose un puro de esos grandotes que le había heredado Churchill y leyendo la revista bride´s porque se iba a casar el hijo mas chico y andaba viendo lo del ajuar, como comprenderán me eche una carcajada de ultratumba, (eso si melodiosa porque la había practicado con mi compadre el fantasma de la ópera) y ella salió tan despavorida que tuvieron que darle un tratamiento de medio litro de leche de magnesia durante 3 semanas para que pudiera regresar a la normalidad.

En otra ocasión dejé frígida a Camila, me le aparecí en humo rojo, como si fuera el diablo, una noche cuando venía caminando rápido por los pasadizos secretos del palacio, ya con cara lujuriosa y aflojándose la ropa para meterse a escondidas en la recámara de Carlos, la pobre tuvo que ver al psicoanalista por 5 meses hasta que pudo de nuevo volver a hablar y hacer sus travesuras, bueno también debo de confesar de que a veces cuando esa mujer salía de ahí toda traqueteada y despeinada ella era la que me asustaba a mí, que bruto que fea es la pobrecita.

Y que diferencia con Lady Di ella era mi consentidasa, platicábamos tan a gusto que hasta me sentaba en la mecedora con las agujas del tejido y le hice una chambrita para cada uno de sus hijos y las puse en harrods para que las comprara sin darse cuenta que eran mías , nos pasábamos noches enteras chismeando, aunque ella no lo sabía ya que pensaba que estaba soñando, también le daba muchos consejos, que al fin como la mayoría de los jóvenes no era capaz de asimilar, mira que le dije Dianita aunque está chidísima la golfería en París mejor no vayas, además con ese musulmán con el que andas, no le cae bien a los jefes por eso de las guerras y ser morenaso, te la pueden hacer de tos y darte un susto, pero ni modo necia la pobrecita, fue una lástima por ella y sobre todo por sus hijos.

Ahí en Buckingham tampoco eran lo máximo, aunque golfones también eran medio aburridos y aplatanados, pero cuando menos había movimiento, estoy de acuerdo que me porté medio mal, pero yo creo que no es para tanto y no se me hace justo que por esos pequeños pecadillos me destierren en esta pocilga.

Como envidio al que le asignaron Mónaco, ese si que se rayó el condenado, ahí el reventón está de diez, ojalá me dieran mi cambio para allá, aunque fuera de asistente de fantasma y tuviera que hacerle de mayordomo a ese suertudo.

Ni modo voy a estar aquí resignado mientras las cosas cambian, pero eso si, muy feliz porque estoy lleno de optimismo, miren la ventaja es que un fantasma nunca muere y siempre la vida recompensa, mañana algún compañero caerá del cielo al infierno, y yo voy de gane porque ya estoy en él y no hay nada mas abajo, así que de aquí en adelante todo será mejoría, por lo tanto aunque aquí ni copas, ni champaña nos dejó el vizcondito, brindemos por los tiempos padrísimos que seguro vendrán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sería bueno charlar de vez en cuando con un fastasma ameno y divertido... Por lo menos, que nos hiciera ver, qué tal anda nuestro sentido del humor. ¿no crees?.