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lunes, enero 21, 2008

Ángel González: Poemas



Nota introductoria de José Luis Cerdán

Ignacio:
Acabo de leer que murió el poeta español Ángel González, "escritor de la libertad y el compromiso" como tituló El País. En la ceremonia laica que convocó a la intelectualidad española, lo mismo se dieron cita Almudena Grandes y Juan José Millás que Joaquín Sabina, todos reconociendo la ética machadista del poeta "que dignificó la derrota", como también cabecea el diario madrileño.
Se trata de un poeta que fue reconocido como cabeza y, de alguna manera, tutor de la llamada generación de los 50. Recibió varios premios, entre ellos el Cervantes.
Murió a los 82 años, tras una vida que, según testimonios varios, se significó por la liberalidad, la solidaridad, el compromiso y la ética. Juan José Millás, quien hace menos de un mes recibió junto a Ángel González el doctorado honoris causa en Oviedo, dice: "Aquel día del honoris causa, con ese disfraz que nos ponen, se echó la mano al pantalón para coger un cigarro, como si hiciera una travesura. No renunció a nada hasta el final".
Necedad, pues, que recuerda su forja en plena represión franquista. De su obra se destacan los títulos: "Áspero mundo" (1955) , "Sin esperanza, con convencimiento" (1961), "Grado elemental" (1961), "Tratado de urbanismo" (1967), "Breves acotaciones para una biografía" (1971), "Prosemas o menos", (1983), "Deixis de un fantasma" (1992) y su último libro, "Otoño y otras luces" (2001).
Vale la pena, creo, recordarlo y publicar algunos de sus poemas, ¿no crees?
Te envío un saludo afectuoso.
José Luis Cerdán

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Poemas de Ángel González


A MANO AMADA

A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;
allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,
los recuerdos me asaltan.
Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.

Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.


A VECES


Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.



CANCIÓN, GLOSA Y CUESTIONES

Ese lugar que tienes,
cielito lindo,
entre las piernas,
ese lugar tan íntimo
y querido,
es un lugar común.

Por lo citado y por lo concurrido.

Al fin, nada me importa:
me gusta en cualquier caso.

Pero hay algo que intriga.

¿Cómo
solar tan diminuto
puede ser compartido
por una población tan numerosa?
¿Qué estatutos regulan el prodigio?


¿CÓMO SERÉ...

¿Cómo seré o
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

1 comentario:

Peniley Ramírez dijo...

Ni siquiera sabia que existia este Angel! Buen augurio, este angel en esta semana, buen augurio y sin embargo muere. Gracias por traerlo Pipa, y gracias por publicarlo Nacho!Tambien se esta muriendo Benedetti, que pasa?
Besitos Nacho y Pipa,
Peni