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lunes, noviembre 26, 2007

Merces Virgilio: De Alas y Olas



DE ALAS Y OLAS

(fragmentos)

a Hernán Bravo Varela



........................................................Ah! Leve-toi, soleil, noir
.........................................................obscur, tout ma vie...

Souffle de la mort

El ave cumplía la monótona tarea ambicionando algún suceso que turbara su existencia. Poco antes de planear, se impactó contra la cúpula de una iglesia.
El infante imprimió una sonrisa de satisfacción: hubo elegido la muerte antes que cualquier asomo de luz. Desplumó en pleno vuelo las alas de su conductora.

Olas hastiadas

Las aguas nunca habían sido más justas. Las olas, evitando contaminarse con tanta humanidad, cargaron sobre sus hombros los cuerpos carentes de vida devolviéndolos a la tierra.
Entre los miembros del ejército inerte yacían los fundadores del no nacido que alguna vez hubo desnudado las alas que le acarreaban hacia una vida no deseada.

Le rêve au fin du monde

El galopar de los caballos despertó. La puerta de alas tras los párpados despeñados se abrió verticalmente. El viento daba a luz injurias.
Deseando despertar más, se desnudó del sueño e invocó la parada de los poetas sobre su regazo. Los perros, engullidos por la arenga del viento conminaron a los poetas a abandonarle: montaron los caballos y huyeron. Aguardó; solo, aprehendido entre paredes donde lo lejano escurría. Amante de lo funesto degustó esa lejanía con su lengua y sexo carcomidos por la frustración.
Lloró y cada lágrima devino un caballo con alas jineteado por más poetas en el camino de regreso. Sonrió en vano pues sus ojos explotaban ultrajados por el nuevo día pleno de la luz maldita que le ha oscurecido desde siempre.

Mediodía de oscuridad

Arcángel prosando poesía en mares de majas y alevillas estoico el poeta en la busca del camino de alas y olas órfica y sabia la savia plena de vasos vacíos se sabía encause de verdad y causa etérea que durante el óbito-existencia resplandece y

aguarda
eterna
en el mediodía
de oscuridad..


Ciclo

Las olas marchitas desde sus ojos en lontananza desfallecían intentando tatuar su sombra sobre las extremidades del mar.
Su ser cautivo en perpetua caja de piel y huesos, emasculado del yo que nunca fue.
Cejó punición y humedad que antaño poblaron con piedras su garganta desvirgando todo asomo de libertad y exprimiendo su vida afanosa de símbolos.
Logró escapar y fluir con las aguas hacia el limbo girando en torno a un dios diarreico. Fue deglutido por el delirio del rencor que deflagraba su materia y le escindía del alma en el piélago donde el yo es infinito, omnipresente, donde se es una y mil gotas; donde es espuma; donde es aunque deje de ser.

Color de vuelo

Era un licántropo alípedo con una navaja hilvanada en el pecho, elevado sobre pontos decadentes tras el anhelo de resarcir el cráneo erosionado del hombre con el calor que ha maculado de miseria y falacia la existencia
presente de alas;
inciertas y trémulas
fueron atravesadas por picos de una parvada desaforada que vomitaba serpientes al huir del alto fuego

Vuelo en picada que devino sangrante como expiación de la culpa que la unción persiguió durante milenios.
Fue un licántropo con alas mutiladas que no voló más. Reptó hasta el fin de sus días predicando el evangelio de la desesperanza...

Falling down

La nube indigesta de hastío se suicidó. Drenó todo esquema de ilusión y maldijo al mar que la hubo abortado a la vida.
Sus horas de vuelo emularon macilentas olas al revelarse ante sus ojos, desde imponente altura, el humano surcando las cavidades de la “inmaculada” creadora.
Su única arteria -perenne asilo de lágrimas- devino el desagüe que durante los últimos vuelos, intentando comulgar con la tierra, se esfumó…

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