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viernes, julio 06, 2007

Jaime G. Velázquez: El IVEC, o revive o desaparece



Leve e insoportable el IVEC. Correctas las palabras seleccionadas por Ignacio García en su artículo (Imagen, 5 de julio, p. 2C), pero vale abundar en el caso, pues se aplican a una institución en vías de extinción.

Entendemos que podemos decirle pesado a un organismo sano, a un campeón. Algo leve, entonces, es lo que se pierde, un globo, el espíritu de alguien que muere. ¿Es exagerado detectar en un cambio de encargados de un organismo público algo que es leve y tanto que se vuelve insoportable?

Lo que ocurre es que en la apacible vida de las instituciones nunca se revelan los pesos. La gente no tiene peso, está un día o renuncia y ya no está. La institución, en cambio, permanece, ¿pero cuánto pesa en la vida de un país? En estos tiempos de ilegalidades, los propios políticos piden la desaparición de instituciones que hace un año se creían con un buen peso, como el IFE (Imagen, 5 de julio, p. 1A).

El sobrepeso es tan perjudicial como la levedad: el globo se pierde en el aire como el elefante blanco se hunde en la tierra.
Para preocupación de los historiadores, habría que documentar cuándo empezó a perder peso el IVEC y cuándo ello se volvió insoportable.
Ningún gobierno va a llegar a ser el Gran Gobierno de la Historia de México mientras siga barajando colaboradores viejos y nuevos, de gusto, de compromiso, los recomendados, ¿de forzosa selección?
Creo que Ignacio García se equivoca al preguntarse si hubo o no un solo “intelectual hecho-y-derecho” que se atreviera a sentarse en la endeble silla del IVEC.
No es un intelectual lo que se necesitaba en el IVEC, menos un abogado de 63 años, aunque siempre es bueno tener uno cerca; el perfil de este tipo de profesionales como infaltable en los cargos de gobierno pertenece al pasado, a la época de la transición de Lázaro Cárdenas a Miguel Alemán Valdés. Los intelectuales y los académicos no son buenos creadores ni buenos administradores de instituciones, aunque hay excepciones: ¿Sierra, Vasconcelos, Torres Bodet?
Si la levedad del IVEC se había vuelto insoportable, lo que hacía falta era alguien que supiera darle peso.

La recuperación del IVEC sólo será posible en un gobierno que tenga muy altas miras. Su desaparición en actividades de promoción turística y similares es cosa de meses. Y si esto último sucede entonces nos explicaremos el por qué de estos días como parte de las renuncias que han seguido los gobiernos neoliberales desde hace tres sexenios, o poco más: dejar a la iniciativa privada todo lo que se pueda. Y si esa iniciativa es extranjera, mejor. Seremos cada vez más una nación postrada, que no sabe hacer negocios y obtener ganancias, que sólo sabe gastar y que por tanto debe dejarle a otros los filones que no sabe hacer productivos.





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