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viernes, junio 01, 2007

Alberto José: Del raquitismo político




Hablamos de raquitismo cuando un organismo padece de desnutrición, es decir que no recibe lo que gasta y, por consiguiente, refleja su estructura ósea, por lo que, está relacionado con la existencia de una estructura que sostenga a semejante individuo. La palabra connota también el sentido de padecimiento o enfermedad, es decir algo negativo: el raquitismo es síntoma de un organismo enfermo. Y también se trata de una enfermedad política que se deja ver a todas luces.
Recientemente, hemos sido testigos de la violencia que se ha suscitado en nuestro país, sobretodo en zonas donde la tranquilidad era un asunto cotidiano. Las ejecuciones realizadas por el crimen organizado han alarmado a la población de los Estados donde menos era esperada una acción de tal tipo. El discurso oficial y sus lacayos explican dicho evento como reacción ante un combate frontal contra el crimen organizado y han inventado una teoría de caricatura llamada el efecto cucaracha, la cual pretende explicar la desestabilización del orden interno de ciertos lugares a lo cual, se considera necesario la intervención de las fuerzas armadas de la federación incluyendo el ejército. Como el espacio me lo impide (esa Carolina), no me detendré a explicar en detalle dicha teoría que ha sido sobrexpuesta en los medios. Pero baste para usted, mi estimado lector, tener en cuenta los siguientes puntos:
1.-Que el combate al crimen organizado ha sido magnificado, pues recordemos que los operativos realizados a partir de este sexenio tenían como objetivo desmembrar las redes de tráfico menor, y por ningún motivo se refirió al combate contra los grandes capos del narcotráfico; operativo que por sus consecuencias ha sido un rotundo fracaso, pero además, no existe un combate frontal contra el gran narcotráfico, ni la intención de hacerlo.
2.-Que la teoría del efecto cucaracha supone la migración de delincuentes a lugares donde antes no había, lo que supone que la violencia es traída de afuera, cosa que implica de la misma manera que no hayan existido redes de distribución al interior de dichos lugares, por lo que todo operativo, y servicio de inteligencia estatal quedaría simplemente anulado por dicha teoría.
3.-Que la presencia de fuerzas militares y federales aplacará los desmanes ocurridos por la ola de violencia, por lo que la fuerza impera sobre la inteligencia y los servicios de seguridad así llamados.


No nos dejemos engañar, las fuerzas armadas son último recurso en los casos de mayor gravedad e inseguridad; los cuerpos de seguridad representan la estructura del orden, el sostén, los huesos del organismo que llamamos Estado, y tienen por misión hacer cumplir la ley, pero sobretodo la seguridad ciudadana. Sus operativos están planeados por servicios de inteligencia que deberán realizarse con estrategia, o sea con inteligencia. El hecho de desplegar vistosamente la fuerza bruta de nuestros cuerpos de seguridad es un síntoma del raquitismo de inteligencia, de los servicios de inteligencia, pues lo único que pretenden realizar con semejante espectáculo es adornar un gobierno que desde el inicio de su mandato no ha sabido más que denostar todo derecho ciudadano, es propaganda que pone en riesgo la vida del civil y lo obliga a estar en medio de un fuego cruzado innecesario y brutal. El despliegue de fuerzas armadas es pues, el síntoma del raquitismo político que el Estado mexicano padece, donde los signos de poder quieren ocupar la función propia de todo gobierno: el cumplimiento de la ley. Donde la retórica vacía del combate al crimen organizado representa las lentejuelas de un gobierno que quiere ocultar su raquitismo a todo costo, sin escatimar siquiera la vida de los ciudadanos.

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