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lunes, marzo 05, 2007

Manuel Salinas A.: La Mirada de Alberto Contreras


Manuel Salinas Arellano

La mirada original, propia de Alberto Contreras, al expresarse en la fotografía se llena de rítmicos silencios, reflexiones, acompañada de prudentes palabras hechas imágenes que evocan sueños, fantasías, realidades de todos los matices que ocupa la gama cromática de la problemática social, estética, artística, cultural, humana toda.
En su quehacer visual podemos encontrarnos con un pensamiento crítico deseoso de contribuir a mejorar su entorno social, hacer un mundo mejor, luminoso, tolerante, donde la ternura, el afecto, la solidaridad, fueran parte de la vida cotidiana, estableciendo relaciones al más alto nivel de convivencia humana.

Después de su viaje de estudios a Nueva York, compartimos brevemente su taller para fotógrafos donde pude disfrutar de su vocación docente y creador visual, su dominio del oficio, su sencillez al compartir sus herramientas, conocimientos, siempre con amplia generosidad.

Como director de la Fototeca de la Ciudad de Veracruz continuó con sapiencia, el trabajo tan especializado que se hace desde su inauguración en el interior de sus instalaciones a las que él les dio su aporte personal acompañado de un equipo de profesionales.

Su obra fotográfica es un gran aporte a la historia del arte y la cultura veracruzanas, al acervo mexicano que los jóvenes creadores visuales han construido en esta postmodernidad donde se siguen haciendo nuevas propuestas discursivas, estructuras, lenguajes y sobre todo una visión humana, incluyente, del futuro que todos deseamos sea mejor.

Su labor docente deja sembradas semillas en los jóvenes que recibieron sus enseñanzas y que retomarán seguramente sus aportes estéticos y artísticos.
Alberto joven administrador, promotor cultural, creador visual, docente, amigo, permanece por siempre entre nosotros.
Alberto nos deja una mirada generosa e intensa
llena de mundo, de proyectos y de logros.
Cuando uno ya no es tan joven como los jóvenes de ahora se recibe la energía del entusiasmo por los proyectos de ellos, los esfuerzos, los resultados, coincide uno, se comparte y se disiente
también, pero se observa respetuosa y solidariamente el quehacer, sobre todo cuando enfrentan grandes responsabilidades públicas en espacios del arte y la cultura, tan necesarios para construir un mundo mejor, donde las necesidades son siempre más grandes que los recursos materiales y se logran avances en los que inciden la obra institucional y la creación personal.
Imaginación, creatividad, sensibilidad, unidas a una actividad cotidiana donde el cuerpo parecía no tener fatiga.

Es ahí y así que conozco a Alberto Contreras, con una alegría que ocultaba a veces su mirada profunda y reflexiva, compartiendo el producto profesional donde se observaron siempre fusionadas la juventud, la capacidad permanente de admiración, con la experiencia y los logros alcanzados.
He recorrido imágenes de su obra y retratos de él realizados por amistades, en esa impetuosa e inevitable ola de recuerdos provocada por la noticia trágica de su muerte física.

Golpe fuerte, frío, matutino al saber que había ocurrido la tragedia, las palabras se ahogan en la garganta con rebeldía.

Alberto nos deja una obra amplia, intensa, de calidad profesional como artista y como administrador, como amigo.

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